Desokupa y el SUP alcanzan un pacto para capacitar en técnicas de defensa personal a 30.000 agentes de Policía

En un giro inesperado, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la organización Desokupa han anunciado un acuerdo para brindar formación en defensa personal a 30,000 agentes de la Policía Nacional. Sin embargo, este acuerdo ha generado una considerable controversia en el seno de la institución policial.

La Alianza entre SUP y Desokupa

Según lo expuesto por Daniel Esteve, representante de Desokupa, el «club Desokupa» ofrecerá un curso de formación de defensa personal «muy real» que enseñará a los agentes a defenderse. Esteve ha detallado que el curso podrá albergar hasta 500 policías a la vez, con la participación de 18 formadores.

Por su parte, la secretaria general del SUP, Mónica Gracia, ha calificado este acuerdo como un «momento histórico». Gracia ha explicado que existe un problema de violencia y pérdida de autoridad en las calles, lo que pone en riesgo a los agentes, y que este curso les brindará una mayor sensación de seguridad.

La Posición del Ministerio del Interior

Sin embargo, fuentes del Ministerio del Interior han informado que estos cursos no son homologables ni baremables, y que tampoco cuentan con el respaldo de la Dirección General de Policía. Según el Ministerio, la formación en el ámbito de la Policía Nacional es impartida por la División de Formación y Perfeccionamiento y el Centro Universitario.

Esta información pone en duda la validez y el reconocimiento oficial de los cursos ofrecidos por Desokupa, a pesar de la celebración del acuerdo con el SUP. Esto genera preocupación sobre la efectividad y el impacto que tendrá esta formación en la preparación y seguridad de los agentes de la Policía Nacional.

Implicaciones y Perspectivas Futuras

La polémica suscitada por este acuerdo plantea cuestiones fundamentales sobre la formación y el desarrollo profesional de los miembros de la Policía Nacional. Mientras que el SUP considera que esta iniciativa es necesaria para abordar los desafíos de seguridad que enfrentan los agentes, el Ministerio del Interior parece no reconocer ni respaldar este tipo de formación externa.

Esta situación evidencia la necesidad de una mayor coordinación y comunicación entre los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil y las autoridades competentes en materia de seguridad pública. Es crucial que se establezcan mecanismos de colaboración y supervisión que garanticen la calidad, la relevancia y la legitimidad de los programas de formación destinados a los miembros de la Policía Nacional.

A medida que se desarrollen los eventos en torno a este acuerdo, será fundamental que todas las partes involucradas actúen con transparencia y responsabilidad, priorizando la seguridad y el bienestar de los agentes, así como la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de velar por el orden público.