La accesibilidad y la inclusión son conceptos fundamentales en nuestra sociedad moderna. Todas las personas, independientemente de sus características o necesidades especiales, deben tener la oportunidad de participar y disfrutar plenamente de los eventos y espacios públicos.
En este contexto, el Grupo de Consultoría Autista (GCA) del Proyecto Rumbo ha dado un importante paso al publicar una serie de consejos y herramientas para generar los denominados «espacios de la calma» en lugares como festivales, aeropuertos, ferias y fiestas.
Estos «espacios de la calma» están diseñados específicamente para brindar un entorno tranquilo y relajante a las personas con autismo, quienes a menudo se enfrentan a dificultades debido a la sobrecarga sensorial de los ambientes concurridos y bulliciosos. Gracias a estas iniciativas, las personas con autismo y sus familias tendrán la oportunidad de sentirse más cómodas y disfrutar plenamente de los eventos, lo cual repercute positivamente en su calidad de vida y bienestar.
Características Clave de los Espacios de Calma
Iluminación, Colores y Sonido: Uno de los aspectos fundamentales en la creación de estos espacios es la iluminación adecuada, con colores neutros y una insonorización eficaz. Esto ayuda a reducir la estimulación sensorial que puede resultar abrumadora para las personas con autismo.
Mobiliario y Elementos Sensoriales: El mobiliario debe ser cómodo y minimalista, con elementos como cojines, puff y materiales táctiles agradables como algodón, lana y terciopelo. Además, se recomienda incluir objetos sensoriales anti-estrés y elementos canceladores de ruido, como tapones o cascos, para brindar una experiencia más relajante.
Aforo y Duración: Es importante que el aforo de estos espacios sea limitado, sin exceder la presencia de siete personas a la vez. Asimismo, se sugiere que la duración de la estancia en estas salas esté en torno a 20 minutos, con flexibilidad según las necesidades de cada individuo.
Implementación y Evaluación
Presencia de Dinamizadores: Para garantizar el correcto funcionamiento de estos espacios, se recomienda contar con la presencia de una o dos personas dinamizadoras, preferiblemente con formación en autismo y primeros auxilios.
Normas y Señalización: Además, se deben establecer normas de conducta, como el respeto a los demás, el apagado de aparatos electrónicos y el silencio, entre otras. Estas salas deben estar perfectamente señalizadas con indicaciones accesibles y claras, incluyendo apoyos visuales para facilitar la comprensión de todas las personas.
Evaluación y Retroalimentación: Por último, es crucial evaluar el grado de satisfacción de los usuarios con estos espacios y recoger sus sugerencias de mejora a través de cuestionarios en lenguaje claro y lectura fácil, en diversos formatos.
En resumen, la creación de estos «espacios de la calma» es una iniciativa significativa que promueve la accesibilidad y la inclusión de las personas con autismo y sus familias en diversos eventos y entornos. Estas salas tranquilas y sensorialmente adaptadas pueden marcar la diferencia para que este colectivo y otros grupos con necesidades especiales puedan disfrutar plenamente de sus experiencias en espacios públicos.