Un preso de Valdemoro intenta estrangular a un jefe de Servicio y hiere a dos funcionarios

La seguridad dentro de las prisiones españolas es una cuestión fundamental que requiere una atención prioritaria. Lamentablemente, los recientes incidentes violentos en la cárcel de Valdemoro ponen de manifiesto los desafíos a los que se enfrentan los funcionarios penitenciarios y la necesidad de implementar soluciones efectivas.

En este artículo, exploraremos en profundidad los factores subyacentes que contribuyen a la creciente conflictividad en las prisiones, así como las medidas urgentes que deben tomarse para garantizar la seguridad de todos los involucrados, tanto internos como personal penitenciario.

POLÍTICAS «BUENISTAS» Y SU IMPACTO EN LA SEGURIDAD PENITENCIARIA

Según los sindicatos ACAIP-UGT y CSIF, la adopción de políticas «buenistas» en las direcciones de los centros penitenciarios ha tenido consecuencias negativas en la seguridad de las prisiones. Estas políticas se caracterizan por una clasificación interior de los internos que no atiende a los perfiles individualizados, lo que lleva a la mezcla de delincuentes multirreincidentes, presos primarios y reclusos con problemas mentales en un mismo módulo.

Esta situación genera un caldo de cultivo propicio para los incidentes graves, tal como se ha evidenciado en el módulo 8 de la prisión de Valdemoro. Los sindicatos señalan que el elevado número de presos con problemas mentales que conviven con el resto de la población reclusa, sumado al déficit de la sanidad penitenciaria, agravan aún más la problemática.

Ante este panorama, los sindicatos exigen que la clasificación y separación interior de los internos atienda a la realidad de los perfiles de los presos, aplicando la individualización científica establecida en la ley. Además, solicitan soluciones al déficit sanitario en las prisiones, ya que este déficit supera el 65% de falta de médicos.

AUMENTO DE LA VIOLENCIA Y AGRESIONES CONTRA EL PERSONAL PENITENCIARIO

Los recientes incidentes en la cárcel de Valdemoro son una muestra preocupante del aumento de la violencia y agresiones contra el personal penitenciario. En este caso, un interno intentó estrangular a un jefe de Servicios y lesionó a otros dos funcionarios que acudieron en su ayuda.

Según los sindicatos, estos hechos son consecuencia directa de las políticas buenistas implementadas en las prisiones, que han provocado una mala clasificación interior de los internos. Esto ha derivado en una creciente conflictividad y falta de respeto a la figura del Funcionario de Prisiones, que carece de la condición de autoridad, cuenta con una formación inadecuada y escasos medios materiales.

Los sindicatos exigen una mayor condición de autoridad para el personal penitenciario, así como más medios, formación y recursos para desempeñar sus funciones de manera segura y efectiva. Destacan la necesidad de separar a los internos preventivos de los penados, y de implementar medidas que atiendan al perfil individualizado de cada recluso.

LLAMADO A LA ACCIÓN: SOLUCIONES INTEGRALES PARA LA SEGURIDAD PENITENCIARIA

Ante este panorama preocupante, es evidente que se requieren soluciones integrales y urgentes para garantizar la seguridad dentro de las prisiones españolas. Los sindicatos han expuesto claramente las deficiencias en las políticas de clasificación y separación de internos, así como el déficit en la atención sanitaria y la falta de recursos y formación adecuada para el personal penitenciario.

Es fundamental que las autoridades competentes atiendan estas problemáticas de manera prioritaria. La implementación de una política de clasificación y separación de internos basada en el perfil individualizado de cada recluso, así como la resolución del déficit sanitario y la mejora de las condiciones laborales y formación del personal penitenciario, son pasos cruciales para restablecer la seguridad y el orden en las prisiones.

Si no se toman acciones contundentes, los sindicatos advierten que la creciente conflictividad y la falta de seguridad en los centros penitenciarios continuarán generando consecuencias imprevisibles. Es responsabilidad de las autoridades y de la sociedad en general garantizar que las prisiones españolas sean espacios seguros y rehabilitadores, donde se respeten los derechos de todos los involucrados.