El Festival de Mérida se ha convertido en uno de los eventos culturales más destacados del panorama español, con una larga trayectoria de éxitos y la capacidad de atraer a público de todo el país. En esta edición, la puesta en escena de «Medusa» ha sido el centro de atención, con la aclamada actriz Victoria Abril encarnando a la mítica gorgona y proponiendo una profunda revisión del mito.
La obra, dirigida y escrita por José María del Castillo, se aleja del retrato tradicional de Medusa como monstruo y, en su lugar, nos presenta a una joven de 16 años cuyo único pecado fue contrariar a los dioses al resistirse al capricho de Poseidón. Lejos de ser protegida por la diosa de la sabiduría, Athenea, Medusa es víctima de la violencia machista y de la envidia, condenada a la soledad de su fría caverna tras un aspecto que le impide mostrar su verdadero interior.
La Voz de Medusa: Rompiendo el Silencio de los Siglos
La obra propone una revisión del mito de Medusa, empeñada en contar su historia, su verdad, la de una joven cuyo único pecado fue contrariar a los dioses al resistirse al capricho de Poseidón y provocar con su belleza la envidia de Athenea. Lejos de proteger a su sacerdotisa, la diosa de la sabiduría la castiga dotándola de un monstruoso aspecto y la maldición de no poder mirar a los ojos a ningún otro hombre sin provocar su muerte.
Se presenta así una Medusa víctima de violencia machista y de la envidia, condenada a la soledad de su fría caverna tras un aspecto que le impide mostrar su verdadero interior, que se rebela ante la historia para contar su verdad silenciada durante miles de años.
El semidios Perseo, encarnado por Adrián Lastra, se presenta aquí muy alejado del héroe de la versión tradicional del mito, un ser vulnerable y simple, una marioneta que se mueve al dictado de los dioses.
Una Propuesta Multidisciplinar que Cautiva al Público
La propuesta de «Medusa» es multidisciplinar, con números de danza, como el protagonizado por Peter James (Poseidón) y Elisabet Biosca (joven Medusa), o el coro de guerreros, dirigidos por Aleix Mañé, en el que no falta la música y la voz en directo de Ruth Lorenzo, en su estreno sobre las tablas de un teatro, o los acompañamientos del Coro de Cámara de Extremadura.
La escenografía, que firma Mónica Boromello, integra grandes figuras de serpientes para representar la cueva de Medusa y un gran oráculo en el que se proyectan imágenes que acompañan el espectáculo, en el que destaca el vestuario de Pier Paolo Álvaro.
Victoria Abril soporta el peso de la representación con monólogos que se integran entre los diferentes números de música y danza, en los que no falta un toque de humor y en los que no duda en romper la cuarta pared para interpelar al público, proyectando así una imagen de cercanía que le permite empatizar con su verdad.
Durante la actuación, ha arrancado en varias ocasiones el aplauso de un público entregado desde el principio, y que ha respondido con ánimo ante los alegatos contra la violencia machista y la injusticia sufrida sistemáticamente por las mujeres a lo largo de la historia.