La pesadilla del matrimonio González de la Pisa con el régimen de Venezuela: «Sola no hubiera aguantado»

Víctor González Coello de Portugal, exdiputado y exvicepresidente de Vox, es uno de los damnificados por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Viajó allí como observador, acreditado e invitado por la oposición de María Corina Machado, pero el régimen de Maduro no quería voces incómodas y firmes contra un Gobierno que sabe que ha perdido unos comicios.

González Coello de Portugal puede contar su caso, como también Cake Minuesa, el conocido periodista incómodo por su amor por la libertad. González llegó a Venezuela días antes de las elecciones del pasado domingo, 28 de julio.

El régimen lo tenía todo planeado para esos días. Había que amedrentar a la disidencia, acallarla y deportarla en caso de ser extranjeros, mientras los nacionales venezolanos podrían correr una suerte peor, como no llegar a salir vivos de una celda del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) o acribillados a tiros en las calles. Al menos 25 muertos se han registrado en las protestas por el pucherazo venezolano.

González Coello de Portugal es uno de los diputados más combativos y diligentes que ha tenido Vox en sus filas, aunque se toma con cierto humor todo lo acontecido, incluso cuando recuerda que le dejaron desnudo en la celda del aeropuerto.

El fraude electoral desata las protestas contra el régimen de Maduro en Venezuela
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Su mujer, Marga de la Pisa, eurodiputada de Vox, muestra la misma valentía, si bien aún no han asimilado todo lo ocurrido, según ha relatado en una conversación telefónica con MONCLOA.

LA EURODIPUTADA DE LA PISA Y LAS ACCIONES DESDE ESPAÑA

De la Pisa conoció la noticia a través de múltiples mensajes de WhatsApp, pero la angustia se apoderó al desconocer el paradero exacto de su marido. No obstante, una vez que el hermano de González Coello de Portugal comenzó a realizar las gestiones con la red de emergencias de embajadas y consulados comenzaron a llegar las llamadas y avisos oficiales, que iban precedidos de un inquietante «creemos que» o «creo que».

«No había concreción ni certeza alguna», destaca. Para ella, han sido noches sin dormir pensando en lo peor, más cuando se es consciente de la realidad de Venezuela cuando se ayuda a la oposición. No obstante, muestra cierto alivio cuando piensa que han secuestrado a un español. Como ha señalado también Cake Minuesa, son dos privilegiados que han podido salir vivos de un régimen que no tiene tantas contemplaciones con sus compatriotas.

Nicolás Maduro se autoproclama presidente de Venezuela con gran parte de la izquierda en contra y sin entregar las actas
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La noticia del secuestro cogió a Marga de vacaciones en casa de su suegra, una suerte al poder «pasar» en compañía de familiares. «Sola no hubiera aguantado. Han sido varios días sin dormir e incluso cuando cogió el vuelo de regreso a casa aún no me lo creía», destaca. A la llegada del vuelo de Iberia a Madrid, Marga y los hijos esperaban con impaciencia la salida de Víctor González. Lejos de abandonar rápidamente el aeropuerto, se dirigieron a la capilla a dar gracias a Dios, para después volver a casa.

Para dar cuenta del carácter de Víctor González, en vez de llegar a casa y descansar del viaje, lo primero que hizo fue realizar la compra para hacer la comida. Marga, atenazada por los nervios acumulados, cayó rendida. «Él hizo la comida, filetes de pollo empanado con ensalada», señala como una anécdota, pero que refleja la pasta de la que está hecho su marido.

LA PREOCUPACIÓN INVADE CUANDO NO HAY PARADERO CONCRETO

De hecho, la preocupación de ambos no se centra en el secuestro y deportación de Venezuela, sino en toda la oposición que vive bajo el yugo del régimen de Maduro. La dedicación del matrimonio es ayudar en todo lo posible a visibilizar la situación real del país y no la que cuentan periodistas y corresponsales, quienes «prefieren no salir del hotel antes que contar la realidad del régimen». Ambos conocen esta realidad de Venezuela de primera mano. En el caso de Víctor, hasta el punto de estar encerrado en la celda del aeropuerto sin estar «ni detenido ni retenido», pero sin dejarle salir del habitáculo.

«Había tres cámaras, dos centro de la celda y las taparon», relata a este diario. «Es mejor para usted que colabore», relata en su denuncia tras negarse en reiteradas ocasiones a facilitar la información para acceder a su teléfono móvil. Mientras un policía le amenazó, otro grabó con su móvil toda la secuencia. Pero Víctor González se negó en rotundo y continuó manteniendo su postura. Fue en ese momento cuando comenzó a anochecer en la celda. Primero taparon una ventana, después las cámaras de videovigilancia, mientras le exigieron desnudarse. El exdiputado se bajó la ropa interior, al tiempo que le ordenaron subirlos.

Votantes en las elecciones de Venezuela.

Tres agentes de la policía se acercaron entonces a él y uno de ellos le amenazó. «Si no me das las claves del teléfono te vamos a reventar. De aquí hay gente que no ha salido», le amenazaron. El exdiputado de Vox reconoce que en ese momento pasó temor por su vida y accedió a dar la información requerida. En este sentido, advirtió los restos de sangres esparcidos por la celda, así como arena encima de algunas de las manchas, como si fueran frescas. «Más vale que colabore porque aquí la gente desaparece», volvieron a amenazar.

LAS AMENAZAS EN EL TEMIDO SEBIN DE VENEZUELA

Seis horas de interrogatorio para conocer todos los contactos con los que estuvo en Venezuela, una información muy valiosa para un régimen que no duda en señalar y acusar a sus opositores sin prueba alguna y que tres días después de las elecciones continúa sin entregar las actas. La oposición ha hecho este trabajo por ellos y apunta a una aplastante victoria de Edmundo González sobre Nicolás Maduro.

Los policías del régimen de Maduro exigieron a Víctor González decir información sobre Cake Minuesa, el periodista que no tiene ningún reparo en presentarse en una asamblea de etarras y preguntarles si van a pedir perdón por los más de 300 crímenes sin resolver de ETA; o cómo ha estado frente a frente con quienes le hostigan y amedrentan por sus preguntas incómodas. Vinuesa se fue a Venezuela, acreditado y con todos los papeles.

Sin embargo, sus preguntas y muestras de la realidad del país incomodan tanto que fue apresado en su hotel y deportado al día siguiente por la vía de Colombia. «Temí por su vida», reconoce de la Pisa. «Fue un viaje muy raro y más que lo enviaran a través de Colombia», señala. El propio Cake Minuesa se mostró contrariado al aterrizar tan pronto tras salir de Caracas. «Salió a un país donde puede suceder cualquier cosa, incluso desaparecer», admite de la Pisa. Pero al mismo tiempo indica: «Tener un pasaporte español es un privilegio». Con esas mismas palabras se explayó Cake Minuesa en su aterrizaje en Madrid.

VENEZUELA Y SU PERSECUCIÓN AL DISIDENTE Y OBSERVADORES

Los policías insisten en los contactos y el miedo a que les ocurriera algo invade el alma a Víctor González. «Este va a recibir lo que no ha recibido en España. Vamos a ir a buscarle», le espetaron en relación a Cake Minuesa. La policía le propinó patadas y le amenazó hasta que entró en el avión. «Fuera de Venezuela, puto español, y ya sabes lo que te va a pasar si regresas», le espetaron.

Esta liberación se debió a la acción rápida del cónsul general y del cónsul primero. Ambos estuvieron muy pendientes del caso hasta el punto de presentarse en el aeropuerto. La policía venezolana les impidió el paso, pero permanecieron allí para evitar que se lo pudieran llevar a otras dependencias. Una acción rápida y paciente que permitió a González volver al avión.

Como ocurrió con Víctor González, Minuesa se acercó también a la capilla a dar las gracias a Dios de estar bien y entero. Sin embargo, todas las palabras de este matrimonio van dirigidas hacia los sufridos venezolanos, ni una sola de remordimiento ni de rencor, tampoco hacia los policías que le amenazaron en su celda. De la Pisa tiene claro que su lucha por la libertad en Venezuela continuará y Víctor González volvería sin dudar a Venezuela como si nada de lo ocurrido hubiera pasado. Eso sí, ahora ya tienen los pasos a seguir en caso de un secuestro y una deportación. Y es que, si algo no ha faltado tras esta pesadilla son los rezos y el humor.

En su denuncia, Víctor González puso los correos electrónicos que intentaron acceder a sus teléfonos móviles, como stopisisya@gmail.com, vg@mpr.com.es; y varias cuentas de Gmail, como vgcp07 y vgp001.