Devastación forestal: más de 26.000 hectáreas fueron calcinadas en incendios este año, un 59% menos que en 2023

El año 2024 se perfila como uno de los más favorables en la última década en materia de siniestros forestales. Según los datos proporcionados por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), la superficie quemada hasta el 21 de julio asciende a 26.071 hectáreas (ha), lo que representa una reducción del 59% respecto al mismo periodo del año anterior. Estas cifras ubican a 2024 como el cuarto año con menos hectáreas calcinadas de la última década, muy por debajo de los 63.306 ha registrados en 2023 y los 176.143 ha de 2022.

El análisis de los tipos de siniestros revela que, de las 3.408 incidencias totales, 2.329 han sido conatos, es decir, fuegos que se extinguieron antes de afectar a una hectárea de superficie. Asimismo, se han registrado 9 grandes incendios (aquellos que superan las 500 ha), una cifra muy inferior a los 16 registrados en 2023 y por debajo de la media del último decenio.

Distribución Geográfica de los Incendios

La distribución geográfica de los incendios forestales en 2024 muestra ciertas tendencias. El 35,56% de los siniestros se han producido en el noroeste de España, el 31,46% en el Mediterráneo y el 32,16% en las comunidades interiores. En cuanto a la superficie afectada, el 60,75% de la superficie arbolada se ha visto afectada en el noroeste, el 14,7% en el Mediterráneo y el 24,55% en las comunidades interiores.

Impacto en Diferentes Tipos de Vegetación

El análisis por tipo de vegetación afectada revela que, hasta la fecha, se han quemado 3.434 ha de superficie arbolada, 15.790 ha de matorral y monte abierto y 6.846 ha de pastos y dehesas. Estas cifras reflejan el impacto diferenciado que los incendios han tenido en los diversos ecosistemas forestales del país.

En resumen, el año 2024 se perfila como un periodo de relativa contención en cuanto a la superficie quemada en los incendios forestales, con una reducción significativa respecto a años anteriores y cifras por debajo de la media de la última década. Este escenario, si bien positivo, no debe hacer olvidar la importancia de mantener una vigilancia constante y adoptar medidas preventivas para salvaguardar nuestros valiosos recursos forestales.