El régimen de Nicolás Maduro se ha autoproclamado vencedor en las elecciones de este pasado domingo en Venezuela. No ha habido publicación de las actas, tan solo se han facilitado datos parciales y se ha impedido el voto de millones de venezolanos que han huido a otros países para escapar del terror y la miseria en el que se ha convertido el país desde hace más de 25 años.
El candidato a la reelección colocó las elecciones en el aniversario del nacimiento de Hugo Chávez, el tirano que gobernó con mano de hierro el país e instauró el actual sistema de votación para tratar de perpetuarse en el poder. Este sistema no solo arroja serias dudas sobre la privacidad a la hora de depositar el voto en la urna, sino que permite contabilizar los votos de forma automática, por lo que son altamente manipulables.
MARÍA CORINA MACHADO, EN EL PUNTO DE MIRA DE MADURO
Tal y como ocurrió en 2013, el régimen de Maduro señala directamente a los opositores. En esta ocasión, apuntan a María Corina Machado, exdiputada y líder de la oposición, así como a Leopoldo López, de haber perpetrado un supuesto ataque informático ni más ni menos que desde Macedonia del Norte, una zona que pretende conquistar Rusia por su alto valor estratégico.
Maduro ataca así a una oposición movilizada y que está tomando las calles para evitar convertir en realidad este pucherazo. El régimen no ha publicado aún ninguna de las actas, ni siquiera las del 80% de participación. Las publicadas por la oposición muestran una aplastante victoria de Edmundo González, la mayor desde que se tienen registros. Quien acusa es el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, quien ha asegurado que la «tendencia es irreversible» con el 80% escrutado. No obstante, no se han publicado las actas, como ocurrió también en 2013 a pesar de las promesas de Maduro.
De hecho, Maduro actuará contra la oposición como hizo contra Juan Guidó y Henrique Capriles. «Hoy están ensayando los primeros pasos fracasados para desestabilizar a Venezuela», ha asegurado. «Pero les digo a los involucrados y a los que avalen esta operación contra la democracia venezolana que la película ya la sabemos y esta vez no va a haber ningún tipo de debilidad», ha indicado. «Esta vez en Venezuela se respetará la Constitución, se respetará la ley y no se impondrá ni el odio, ni el fascismo, ni la mentira, ni la manipulación», ha amenazado.
Mientras tanto, los venezolanos han salido a la calle para cortar carreteras y sacar sus cacerolas con un ruido ensordecedor. El lema es claro: «Que publiquen las actas».
UN SISTEMA DONDE EL QUE CUENTA TIENE EL CONTROL
Para votar en Venezuela, el elector entrega su documento de identificación, el equivalente al DNI en España. En ese país no se permite votar ni con pasaporte ni el carnet de conducir, cómo sí se permite en España. Para asegurarse la repetición del voto, se ha cambiado la tinta indeleble que marcaba el dedo índice por una lista en papel con un lector de huellas digitales para asegurarse de quien vota es la persona identificada con el documento.
Una vez realizada la operación de identificación, el votante se dirige a una máquina electrónica del Consejo Nacional Electoral (CNE) donde se pulsa la opción entre un listado de los posibles candidatos. Esta máquina lo registra tanto electrónicamente como en soporte físico, al imprimir un comprobante de la votación, un papel que es el que se deposita en la urna. Según el régimen de Maduro, esta máquina impide el registro del votante o cualquiera de sus datos personales. Tan solo cuenta el voto de la opción escogida. Este número debe coincidir después con el de los comprobantes emitidos y depositados en la urna.
En este sentido, la máquina puede dar la opción de imprimir los votos totales directamente, un número que debe coincidir con los votos de las urnas. De tal forma, que junto con el acta habría al menos tres documentos que deben atestiguar la votación. Históricamente, el CNE, encargado del recuento de votos electrónico, siempre ha publicado los datos por mesa y por Estado. Este año no se han dado a conocer estos resultados detallados.
SIN RECUENTO DE VOTOS: SOLO TELEMÁTICOS
No obstante, no existe un recuento de votos a mano, tan solo se comprueban unas pocas mesas en cada centro. El voto de las urnas no se realiza como en España, donde las tres personas por mesa se dedican a apuntar manualmente el número de votos contabilizado. Asimismo, las urnas son opacas, de cartón, sin conocer si hubo o no papeletas anteriormente introducidas.
Los centros de votación con mayor afluencia de votantes censados han tenido numerosos problemas a la hora de abrir las puertas. Algunos de ellos llegaron incluso a estar cerrados durante horas, tal y como se muestran en vídeos realizados por la oposición.
Con todo, las dudas se han instalado en el recuento. La CNE, en manos de Elvis Amoroso, aún no ha ofrecido los datos por supuestos errores técnicos. La página web oficial lleva caída horas y al cierre de esta edición era imposible poder conectarse, siendo la única web pública en Venezuela que mostraba este «error». Según Amoroso, el CNE sufrió un «ataque informático» y lo puso en conocimiento de las autoridades, también controladas por el chavismo. Según los datos, con el 80% escrutado, la victoria sería para Maduro, pero la CNE afirma que con esta proyección es más que suficiente para dar ganador al chavista presidente de Venezuela, mostrando así su falta de prudencia.
LA IZQUIERDA, PARTIDA EN DOS EN LATINOAMÉRICA
Por este motivo, entre otros, como la falta de publicación de las actas oficiales y los resultados de las mesas electorales, numerosos países no reconocen la victoria de Nicolás Maduro. Ni el presidente de Brasil, Lula da Silva, ni el de Chile, Gabriel Boric, otorgan el más mínimo apoyo a Maduro. Todo lo contrario. Da Silva incluso ha señalado que si la voluntad popular te saca del poder, el partido socialista venezolano debería rearmarse para las próximas elecciones. Tampoco lo reconocen Guatemala, El Salvador, Panamá, Perú, Paraguay ni Uruguay. En la UE, no hay reconocimiento de Italia, Portugal ni tampoco de Bruselas.
«El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer», se ha expresado Boric. «.
Desde Argentina, Javier Milei también ha mostrado su rechazo a esos resultados del CNE. «Dictador Maduro, afuera», ha cargado. «Los venezolanos eligieron terminar con la dictadura comunista de Nicolás Maduro. Los datos anuncian una victoria aplastante de la oposición y el mundo aguarda que reconozca la derrota luego de años de socialismo, miseria, decadencia y muerte», ha enfatizado. «Argentina no va a reconocer otro fraude, y espera que las Fuerzas Armadas esta vez defiendan la democracia y la voluntad popular. La Libertad Avanza en Latinoamérica», ha zanjado.
ZAPATERO Y SU SILENCIO TRAS APOYAR A MADURO
Maduro, lejos de mostrar un talante dialogante a pesar de su cercanía con José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente de España y valedor de la izquierda chavista, ha comenzado a insultar personalmente a Milei, con descalificativos como «feo», o en un tono más chulesco: «No me aguantas ni un round». Además de llamarle «basura». Costa Rica y Ecuador también se han mostrado contrarios al régimen de Maduro al no legitimar el resultado electoral, como ha ocurrido también con EE UU y Reino Unido.
Los únicos países favorables a Maduro son Rusia, China, Irán, Cuba y Colombia, pero éste último con fuertes discrepancias entre partidos y críticas al Gobierno de Petro por alabar el sistema electoral venezolano. «Los resultados anunciados no son creíbles», afirmó Claudia López, exalcaldesa de Bogotá. El director del DPS de Colombia, Gustavo Bolívar, afirmó que ojalá el país tuviera un sistema electoral como el venezolano.
Con todo, en España el PSOE muestra serias dudas sobre la victoria de Maduro. La parte socialista del Gobierno ha evitado felicitar a Maduro, mientras que Sumar no ha tardado en «aceptar el resultado» y felicitar al régimen chavista. Asimismo, los socios del PSOE en el Gobierno, como Bildu, también se han posicionado a favor del régimen de Maduro, mientras el PNV se muestra contrario a aceptar este resultado.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha pedido garantías y la publicación de las actas para evitar las dudas, mientras sorprende el silencio de José Luis Rodríguez Zapatero y de Pedro Sánchez, quienes no se han pronunciado al respecto. Zapatero, expresidente del Gobierno, se ha mostrado partidario del chavismo en los últimos años, mientras que el Grupo de Puebla, al que pertenece, ha aplaudido el resultado electoral.
EL GRUPO DE PUEBLA, DIVIDIDO
«Respetar el resultado electoral es fundamental para las democracias. Felicitamos a Venezuela por su proceso electoral, la voluntad del pueblo siempre es guía. Gloria al bravo pueblo», afirman desde este grupo favorable a la dictadura, pero con una división sin precedentes. Zapatero guarda un estruendoso silencio, mientras que Josep Borrell, el líder de la diplomacia europea, ha pedido transparencia en el resultado.
Voces nada sospechosas de ser de derechas, como la Fundación Felipe González, también se han posicionado en contra de los resultados debido a la opacidad en el proceso, más cuando se pone de excusa un supuesto ataque informático para no dar los resultados oficiales con un escrutinio al 100%.