Los seguidores de Trump no pierden el tiempo y ya empiezan a ‘atacar’ a Kamala Harris

Circula por las redes un logo falso y ofensivo de la campaña de Kamala Harris para las elecciones de 2024: un «Harris 2024» en el que la H se forma con la silueta de una mujer realizándole una felación a un hombre.

Este acto de sexismo explícito refleja los ataques dirigidos contra la posible candidata demócrata tras la renuncia del presidente Joe Biden a su reelección. «Harris la Facilona», «Mamadas Harris», «Kamalasutra», «Putahontas» son solo algunos de los motes insultantes que la derecha más radical le ha adjudicado.

Los seguidores de Trump no pierden el tiempo y ya empiezan a 'atacar' a Kamala Harris

El 4 de julio, cuando la posibilidad de que reemplazara a un debilitado Biden comenzaba a sonar con fuerza, Donald Trump publicó en su red social que la vicepresidenta había realizado una campaña muy mala en el pasado, añadiendo: “¡Pero eso no significa que no sea una política ‘muy talentosa’! Pregúntenle a su mentor, el gran Willie Brown de San Francisco”.

Esta declaración hacía referencia a un viejo rumor que resurgió durante la campaña de 2020: que Kamala Harris comenzó su carrera en los años noventa gracias a sus relaciones sexuales con Brown, entonces alcalde de San Francisco.

Una investigación de Reuters desmintió este bulo, aclarando que Brown llevaba 13 años separado de su esposa y su relación con Harris fue pública hasta que terminaron en 1995.

Nina Jankowicz, activista contra la desinformación, reaccionó rápidamente. «Es importante etiquetar estas narrativas y mentiras como lo que son: un intento de socavar el servicio público de una mujer poderosa debido a su género, su origen y su color de piel», afirmó.

Atacan la imagen de Kamala Harris

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Mensaje implantado de Trump en imagen de Kamala Harris

Desde la semilla plantada por Trump, los insultos y ataques se han disparado, especialmente después de la renuncia de Biden. Imágenes manipuladas de Harris en actitudes sexuales circulan por las redes, y los influencers de la derecha se recrean en esa narrativa denigrante.

Matt Walsh, un activista ultra, publicó que Harris «se inició en la política acostándose con Willie Brown», y que ha hecho carrera «pidiendo limosna a hombres poderosos». Milo Yiannopoulos, otro de los seguidores tóxicos de Trump, ha lanzado una serie de tuits ofensivos llamándola «Cumala».

Kamala Harris también enfrenta ataques racistas y xenófobos. Al igual que Barack Obama, quien fue acusado falsamente por Trump de no ser estadounidense, Harris es objeto de bulos que cuestionan su nacionalidad debido a los orígenes de sus padres, de India y Jamaica. Algunos incluso la acusan de ser una persona trans, perpetuando desinformación y odio.

La vicepresidenta es además el objetivo de críticas contra las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI).

«Es un gran ejemplo de DEI. Estamos hablando de una persona que tiene un color de piel, pero eso no denota mérito ni competencia», dijo el congresista republicano Burgess Owens. Charles Gasparino, tertuliano de Fox, escribió en el New York Post que Estados Unidos pronto podría tener su «primera presidenta DEI».

Jankowicz explica que estos ataques buscan socavar la participación de las mujeres en la vida pública y aumentar la interacción en redes con narrativas denigrantes.

Harris, conocida por su extroversión y ruidosas carcajadas, es la «reina de los memes», generando contenido viral y engagement entre los jóvenes.

Sus seguidores, autodenominados K-Hive, defienden activamente su imagen y lanzan contrataques contra sus detractores. En todo caso, Harris se perfila como una figura que puede atraer a las nuevas generaciones de votantes con su presencia en redes sociales.