sábado, 23 noviembre 2024

Aprende a hacer esta tarta de San Marco con un sabor único que deleitará tu paladar

La tarta de San Marco es un clásico de la repostería española, un plato reconocido por su delicada combinación de sabores y su presentación impresionante.

Este postre es perfecto para cualquier ocasión especial, ya sea un cumpleaños, una celebración familiar, o simplemente para disfrutar de ese antojo dulce de forma casera. Está tarta se caracteriza por sus capas esponjosas de bizcocho, su relleno cremoso y una cobertura que deja a todos maravillados.

Es un postre que no solo amarán en casa, sino que tus visitantes también quedarán sorprendidos con este plato tan exquisito, es por ello que aquí te enseñamos cómo hacerlo y lucirte en la cocina.

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Procedimiento para hacer este exquisito postre con el sorprenderás a todos tus comensales

Primero debes iniciar con el bizcocho, para esto, los huevos se baten con el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa y de color pálido. Luego, se incorpora la harina tamizada junto con la levadura, mezclando suavemente para no perder el aire incorporado. El bizcocho se hornea hasta que al insertar un palillo, este salga limpio.

Para el relleno se hace una crema mezclando todos los ingredientes mencionados, y esta crema se cocina a fuego lento hasta que espese y adquiera una textura suave y sedosa. Para darle un toque especial, se puede agregar un poco de nata montada, lo que le aportará mayor cremosidad.

Una vez que el bizcocho y la crema estén listos, se procede a montar la tarta de San Marco. El bizcocho se corta en tres capas. Se coloca la primera capa en el plato de presentación y se baña ligeramente con un almíbar aromatizado, que puede ser de ron o de licor de naranja. Luego, se extiende una capa generosa de crema pastelera. Se repite el proceso con la segunda capa de bizcocho, almíbar y crema, y se finaliza con la última capa de bizcocho.

La cobertura de la tarta de San Marco es lo que la distingue y la hace tan especial. Se utiliza una mezcla de yemas de huevo y azúcar que se cocina a baño María hasta obtener una crema espesa y brillante. Esta crema se extiende sobre la superficie de la tarta y se carameliza con un soplete de cocina, creando una capa crujiente y dorada. Para terminar, se puede decorar con almendras laminadas tostadas en los bordes.