Los ministros de Finanzas del G20 intentarán alcanzar un consenso sobre la tributación a las grandes fortunas, en un esfuerzo por abordar la creciente disparidad económica y la evasión fiscal por parte de los más ricos.
Las discusiones, iniciadas el jueves en Río de Janeiro, se centraron en la financiación de la transición climática, seguidas de debates sobre la deuda y los bancos multilaterales de desarrollo.
Brasil, que preside el G20 este año, está impulsando la creación de un impuesto mínimo global para los superricos. Sin embargo, ante la falta de consenso, se considera una solución intermedia que pide a los países reforzar sus respectivos impuestos a las grandes riquezas.
La «declaración» final que se publicará el viernes marcará un «primer paso» en la cooperación fiscal internacional, según Fernando Haddad, ministro de Finanzas de Brasil.
A pesar del optimismo de Haddad, quien afirma que el texto final incluirá la propuesta brasileña de considerar la tributación internacional de los individuos superricos, el impuesto global enfrenta resistencia.
Estados Unidos y Alemania han manifestado su oposición, argumentando que no ven la necesidad de su instauración.
El economista francés Gabriel Zucman, defensor de la iniciativa, celebró el acuerdo preliminar del G20 para modificar la tributación de los multimillonarios, calificándolo como un avance moral significativo en un momento de crecientes desigualdades económicas.
La declaración final, cuyo borrador fue obtenido por AFP, compromete a los miembros del G20 a cooperar para asegurar que las personas ultrarricas sean efectivamente gravadas, respetando plenamente la soberanía fiscal de cada país.
Además, subraya que las desigualdades de riqueza e ingresos socavan el crecimiento económico y la cohesión social.
El premio Nobel de economía Joseph Stiglitz aplaudió el debate serio sobre los privilegios de los multimillonarios, instando a avanzar en normas mínimas coordinadas antes de la cumbre del G20 en noviembre.
Camila Jardim, de Greenpeace, también renovó el llamado a un impuesto global, argumentando que la crisis climática requiere recursos financieros que no deberían provenir exclusivamente de los contribuyentes comunes.
1Compromisos del G20
Paralelamente, Brasil y Estados Unidos anunciaron un nuevo compromiso para la transición climática, destacando la cooperación en energía limpia, el mercado de carbono, y el financiamiento vinculado al medio ambiente.
A pesar de los desafíos y la naturaleza intrínsecamente difícil de la cooperación fiscal entre Estados, la posible instauración de un impuesto coordinado a las grandes fortunas representa un tema crucial.
Las divisiones internacionales, exacerbadas por las guerras en Ucrania y Gaza, han dificultado la emisión de declaraciones conjuntas finales en citas anteriores del G20.
Por ello, Brasil propone emitir tres textos distintos para abordar todos los temas discutidos en la reunión, incluyendo referencias a las crisis geopolíticas.
La cumbre del G20, programada para el 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro, será crucial para definir el futuro de estas iniciativas y el grado de cooperación internacional en la tributación de los multimillonarios.
