En esta cárcel los perros guardianes son cosa del pasado: conoce al nuevo vigilante que no resiste un soborno

Una cárcel aportó un método revolucionario de seguridad y reemplazó a los perros guardianes por otro animal. Esto sucedió en la cárcel de máxima seguridad Complejo Penitenciario de São Pedro de Alcântara, en Santa Catarina, Brasil, donde encontraron la estrategia ideal para controlar a los 1200 reclusos que residen allí.

El reemplazo de los perros por otros animales se dispuso por una iniciativa de la Secretaría de Administración Penitenciaria y Socioeducativa (SAP) que consideró el uso de gansos guardianes como un mecanismo eficiente y más económico para el control en la prisión.

Por qué eligieron gansos para vigilar en la cárcel

@ayaxbader

La cárcel brasileña que reemplazó a los perros guardianes por GANSOS GUARDIANES. Dato aleatorio, si los hay. Con esto tenes que ser un éxito en tu próximo acontecimiento social si o si.

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Los gansos fueron seleccionados para esta estrategia por su capacidad de percepción ante cualquier eventualidad y disturbio de los reclusos en la cárcel. El trabajo de estos animales es bastante conciso: ellos se encargan de monitorear el espacio entre el muro exterior y la cerca interior y alertar sobre posibles fugas e incidentes.

Los gansos son elegidos por tener un comportamiento extremadamente territorial y su capacidad de atacar a cualquier persona o cosa que intente invadir su espacio. Entre sus cualidades, estas especies son capaces de ver en el espectro de luz ultravioleta por lo que tienen muy buena visión tanto de día como de noche. A diferencia de los perros, los gansos no pueden ser sobornados y no mantienen lealtad con nadie, ni siquiera con quien les dan de comer.

El experimento de la cárcel falsa más perverso de la historia

El experimento de la cárcel falsa más perverso de la historia

A pesar de esta pintoresca historia en una cárcel de Brasil, los métodos de control carcelario son estrictos y algunos son considerados extremos. Tan es así que en la Universidad de Stanford se llevó adelante un experimento macabro que fue liderado por el profesor de psicología social, Philip Zimbardo, quien quería saber si una persona podría cambiar de personalidad de acuerdo al contexto en el que esté.

Es por esto que llevó adelante un método en el que convocó a un grupo de estudiantes para formar parte de una cárcel falsa. El experimento contaba en dividir a los voluntarios en dos grupos donde unos serían los reclusos y otros los guardiacárcel. Lo cierto es que los roles se realizaron con tanta realidad que los encargados de la seguridad de la prisión comenzaron a tener conductas sádicas que fueron repudiadas y aplicaron todo tipo de violencia psicológica similar a la que muestra en las películas sobre el sistema carcelario. Finalmente, este experimento fue cancelado y sólo duró seis días.