La pipirrana de Jaén es un plato emblemático de la cocina andaluza, especialmente apreciado en los calurosos meses de verano. Esta ensalada fresca y sabrosa, típica de la provincia de Jaén, se caracteriza por sus ingredientes simples y su preparación sencilla, lo que la convierte en una opción ideal para disfrutar en cualquier ocasión.
2Paso a paso para hacer fácilmente tu pipirrana de Jaén
El primer paso para hacer pipirrana de Jaén es pelar y picar finamente los tomates. La piel del tomate se retira con facilidad si primero se escaldan en agua hirviendo durante unos segundos y luego se enfrían rápidamente en agua helada. Una vez pelados, se cortan en cubos pequeños y se colocan en un bol grande. A continuación, se pican los pimientos verdes y la cebolla en trozos muy pequeños, y se añaden al bol junto con los tomates.
El ajo es un ingrediente esencial en la pipirrana de Jaén. Se debe pelar y machacar en un mortero con un poco de sal hasta obtener una pasta. Esta pasta se mezcla con los vegetales picados, lo que le da al plato su característico sabor. Una vez que el ajo está bien incorporado, se añade el aceite de oliva virgen extra, una generosa cantidad que impregne bien todos los ingredientes. También se agrega un chorrito de vinagre y una pizca de sal al gusto.
Para lograr la textura ideal de la pipirrana de Jaén, algunos cocineros prefieren triturar ligeramente los ingredientes con un tenedor o un mazo de mortero, para que los sabores se integren mejor. Sin embargo, es importante no exagerar con el triturado, ya que los vegetales deben mantener algo de su estructura para proporcionar esa frescura y crujiente característicos del plato.
La pipirrana de Jaén se suele servir fría, y es común dejarla reposar en el refrigerador durante al menos una hora antes de consumirla. Esto permite que los sabores se mezclen y se intensifiquen. Al momento de servir, se puede decorar con huevo duro picado por encima, lo que añade una textura extra y un toque de color al plato.