Puigdemont da el zarpazo. El PSOE y Pedro Sánchez conocen cómo cabalgar un tigre sin miedo a apearse del felino sin sufrir daño. Lo hicieron con Pablo Iglesias, que les duró apenas cinco años en el poder. El proverbio indio apunta a una frase lapidaria: «Quien cabalga un tigre, no se apea fácilmente de él», una expresión que en España se utiliza habitualmente cuando el aliado o socio se convierte en una parte incómoda. Con clara evidencia, quien se apea del animal acabará entre sus fauces una vez toque el pie en el suelo.
La metáfora con el poder en España es también clara. El Gobierno y el PSOE decidieron pactar con Junts para mantenerse en La Moncloa tras apearse del tigre de Pablo Iglesias, que resultó ser un minino con las uñas muy afiladas, pero nada que no pudiera controlar el puño y la rosa de Ferraz. El minino, de hecho, sigue comiendo en los buenos y abundantes cuencos del Parlamento Europeo, mientras en el Congreso se reparten las sillas en el grupo Mixto, pero ni
El PSOE cambió el lomo del tigre ‘morado’ por el de Junts, pero las garras de los de Carles Puigdemont dejan heridas y algunas profundas que ponen en riesgo todos los sillos públicos del Gobierno de Pedro Sánchez. El primer aviso de Puigdemont fue estirar la cuerda hasta el máximo con la investidura de Pedro Sánchez, casi hasta el punto de llegar a un acuerdo ‘in extremis’, mientras Podemos se hacía el duro anunciando el sí al PSOE y Pedro Sánchez la misma mañana de la investidura.
JUNTS Y SU NEGATIVA AL PSOE DE PEDRO SÁNCHEZ
El segundo aviso de Puigdemont fue con su propia ley de Amnistía, con un rechazo que provocó un terremoto y llevó el nerviosismo a Ferraz. Al número tres del PSOE, Santos Cerdán, le faltó tiempo para llamar al despacho de Míriam Nogueras y tratar de reconducir la situación. Cerdán fue clave en la negociación con ERC y Junts en Suiza y Bruselas, respectivamente, hasta el punto de legitimar a ambas formaciones con sendas fotos. Con Puigdemont, con la urna del 1-O en una gran imagen que presidía la sala.
Poco duró el idílico romance entre los «xenófobos» de Junts -como así se refirió en no pocas ocasiones el PSOE y PSC a los irredentos independentistas-. Puigdemont inició su fiscalización al acuerdo de investidura en cada oportunidad, hasta el punto de llegar a exigir algunos de los términos pactados con ERC, como el denominado ‘pacto fiscal’, que no es otra cosa que Cataluña gestione y recaude todos los impuestos recaudados, «la llave y la caja de la llave».
Se trata así de poder abrir y cerrar el grifo sin que haya «represión» del Estado con las cuentas. En concreto, Cataluña sumaría directamente más de 53.500 millones de euros, a los que hay que añadir las ayudas de los fondos de liquidez autonómica y créditos de deuda del Estado. Es el sueño independentista iniciado con Artur Mas, expresidente de la Generalitat, desde 2010.
Este pacto singular no se cumplirá ni tampoco se ha abordado en profundidad. Una muestra de ello es que el Gobierno se niega ahora a realizar la quita de deuda de 1.500 millones, a razón de 150 millones anuales durante la próxima década.
EL PSOE SE SUBIÓ A LOMOS DEL TIGRE PUIGDEMONT
Con la investidura, el PSOE se montó a lomos del «tigre», como si de una alianza natural se tratara. No obstante, ni es socio natural ni tampoco es el pacto esperado por la parte progresista.
La alianza con los de Puigdemont se ha tensado tras las elecciones catalanas del pasado 12-M. Los de Puigdemont lo tienen muy claro y buscan el intercambio de cromos. «Apoyamos la investidura de Pedro Sánchez y el PSC debe permitir la de Puigdemont en Cataluña», apuntan desde el bloque independentista.
No obstante, Salvador Illa ha marcado una línea roja y no cederá a su pretensión de alcanzar un acuerdo con ERC, incluso si los republicanos de Oriol Junqueras llegasen a tener en contra a las bases. No obstante, una parte de ERC reniega del acuerdo al ver al PSC como los promotores del 155 y el ventilador se ha puesto en marcha con las ‘campañas de falsa bandera’ en época electoral. ERC montó los carteles contra el hermano de Ernest Maragall, como también colgaron de un puente un muñeco de Oriol Junqueras en su Molins de Rei natal.
JUNTS ASESTA UNA SERIA DENTELLADA AL PSOE
Puigdemont asiste a este ataque interno en ERC afilando las garras porque su ‘no’ a la ley de Extranjería, como su rechazo al techo de gasto y el objetivo de déficit, han dejado muy tocado al PSOE y al Ejecutivo. «. «Si esto sucede hasta agotar la legislatura, al PSOE no le va a quedar mucho para pedir un adelanto electoral», apuntan desde Junts, que se muestran firmes en llevar hasta el límite a los socialistas, como hicieron con la investidura. Y no, Pedro Sánchez no está por la labor de enfundarse el traje de campaña.
A Junts no le pasa factura apretar las cuerdas ni tampoco responde a las críticas por votar en contra de la ley de Extranjería. Cabe recordar que ERC tampoco quiere que vengan más inmigrantes, mientras la inseguridad en Barcelona, gobernada directa o indirectamente por el PSC desde 2014, ha llegado a niveles muy preocupantes. Once hurtos cada hora y 256 multirreincidentes que suman más de 4.600 delitos son más que suficiente para demostrar cuál es la primera preocupación de los barceloneses, muy por encima del precio del alquiler.
Asimismo, Junts tampoco puede descuidarse con este asunto teniendo en cuenta la irrupción de Aliança Catalana, que ha entrado con relativa fuerza en el Parlament.
En el PP, por su parte, entienden que no puede haber una moción de censura porque Junts exigirá el mismo peaje que al PSOE, un pago que no se puede permitir en este momento tras la ruptura con Vox. No obstante, sí podrían apretar con llamamientos a las comisiones de investigación dado que los ‘populares’ no forman parte de la acusación popular por el caso de Begoña Gómez.