El Papa declara que el espíritu olímpico y paralímpico es un «antídoto» contra la guerra

El Papa Francisco ha resaltado el poder del espíritu olímpico y paralímpico como un antídoto contra la guerra y la violencia. En el contexto de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en París, el Pontífice ha expresado su deseo de que el deporte sea capaz de construir puentes, derribar barreras y favorecer relaciones pacíficas entre los pueblos.

Durante el Ángelus del pasado domingo, el Papa manifestó su esperanza de que los atletas, a través de su testimonio deportivo, se conviertan en mensajeros de paz y modelos válidos para los jóvenes. Asimismo, resaltó la antigua tradición de que las Olimpiadas sean una oportunidad para establecer una tregua en las guerras, demostrando una sincera voluntad de paz.

EL ESPÍRITU OLÍMPICO Y PARALÍMPICO COMO ANTÍDOTO CONTRA LA GUERRA

El Pontífice ha destacado que el auténtico espíritu olímpico y paralímpico es un antídoto para no caer en la tragedia de la guerra y poner fin a la violencia. Según el Papa, el deporte tiene la capacidad de construir puentes, derribar barreras y favorecer relaciones pacíficas entre los pueblos. Esta visión se alinea con la antigua tradición de las Olimpiadas como una oportunidad para establecer una tregua en las guerras y demostrar una sincera voluntad de paz.

En este sentido, el Papa ha señalado que, si los Juegos Olímpicos y Paralímpicos realmente siguen siendo ‘juegos’, pueden convertirse en un lugar excepcional de encuentro entre los pueblos, incluso entre los más hostiles. Los cinco anillos entrelazados que representan el símbolo olímpico deben encarnar este espíritu de fraternidad que debe caracterizar el acontecimiento olímpico y la competición deportiva en general.

EL DEPORTE COMO HERRAMIENTA PARA CONSTRUIR LA PAZ

El Papa Francisco ha resaltado el poder del deporte como una herramienta eficaz para construir la paz y fomentar la unidad entre los pueblos. En sus mensajes y declaraciones, el Pontífice ha expresado su convicción de que el espíritu olímpico y paralímpico puede ser un antídoto contra la guerra y la violencia.

Según el Papa, el deporte tiene la capacidad de construir puentes y derribar barreras que dividen a las sociedades. Además, puede favorecer relaciones pacíficas entre naciones e individuos que, de otra manera, podrían estar enfrentados. Esta visión del deporte como un agente de cambio y reconciliación se alinea con la tradición olímpica de establecer treguas durante los Juegos.

El Pontífice ha hecho un llamado a los atletas para que, a través de su testimonio deportivo, se conviertan en mensajeros de paz y modelos válidos para los jóvenes. De esta manera, el deporte puede convertirse en una poderosa herramienta para inspirar a las generaciones futuras a promover la paz y la unidad entre los pueblos.