El Arzobispo de Santiago exhorta a ubicar al ser humano en el corazón de las instituciones y a salvaguardar cada vida

En un discurso profundamente reflexivo, el arzobispo de Santiago, monseñor Francisco Prieto, ha hecho un llamamiento a los fieles para que aprovechen estos tiempos de «crisis» como una oportunidad para centrarse en el bien común y colocar al ser humano en el núcleo de las instituciones. Estas palabras fueron pronunciadas durante la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago el pasado 25 de julio.

Monseñor Prieto reconoce que la actualidad se encuentra dominada por diversas crisis, desde la económica hasta la familiar y social, pasando por la de las propias instituciones y la dramática situación de los migrantes. Sin embargo, lejos de verlas como un obstáculo, el arzobispo considera que este momento supone una oportunidad para construir desde lo esencial, afrontando los desafíos y aprovechando las oportunidades que se presentan.

COMPROMISO CON LA MEJOR POLÍTICA

El arzobispo ha instado a los fieles a comprometerse «con la mejor política, la que está al servicio del pueblo, del bien común y de la fraternidad social«. En este sentido, ha hecho hincapié en la necesidad de buscar la «unidad de las diferencias» y apostar por la «armonía en lo diverso«, sin dejarse asustar por lo singular. Según Monseñor Prieto, el ser humano encuentra la esperanza en la solidaridad, pues «si uno sufre, todos sufren».

La solidaridad, ha recordado el arzobispo, no es solo un buen propósito, sino que se compone de «hechos y gestos concretos» que buscan evitar que se asiente el egoísmo. Como meta, ha señalado la necesidad de defender «toda vida y todas las vidas«, tanto «la que se inicia como la que acaba y la que quiere renacer a una vida digna y justa».

RECUERDO A LAS VÍCTIMAS

Durante su intervención, Monseñor Prieto ha tenido palabras de recuerdo para las víctimas del naufragio del Argos Georgia en aguas de las Malvinas, expresando su «consternación y tristeza» por estos hechos. Asimismo, ha encomendado al Apóstol Santiago a las víctimas y ha trasladado su solidaridad a sus familias y «a todas las gentes del mar».

Además, el arzobispo ha pedido al Apóstol que bendiga al rey Felipe VI y a su familia, y que interceda por «todos los pueblos de España», especialmente por el gallego. También ha puesto el acento en las víctimas de la violencia y las guerras, recordándolas como «una llamada a nuestra conciencia» y denunciando la «destrucción inútil» que acumulan.

En definitiva, el discurso del arzobispo de Santiago ha sido una profunda y valiosa reflexión sobre la necesidad de aprovechar los tiempos de crisis para centrarse en el bien común, la solidaridad y la defensa de la dignidad humana, alejándose del egoísmo y la división, y trabajando por una sociedad más justa y fraterna.