El águila perdicera, también conocida como águila Bonelli, es una especie emblemática de la avifauna ibérica que ha enfrentado importantes desafíos en las últimas décadas. Sin embargo, el esfuerzo conjunto de las autoridades navarras, los expertos en medio ambiente y la colaboración de diversos agentes locales ha logrado un hito significativo: el primer ejemplar nacido en Navarra en años ha emprendido exitosamente el vuelo.
Este acontecimiento marca un momento crucial en los proyectos de recuperación y conservación de esta especie amenazada en la comunidad foral. El trabajo realizado bajo los proyectos LIFE Bonelli y Aquila a-LIFE, en los que el Gobierno de Navarra ha participado activamente junto a equipos técnicos de diferentes regiones, ha sido fundamental para alcanzar este logro sin precedentes en los últimos años.
EL CASO DE ‘URRI’, EL EJEMPLAR RECIÉN NACIDO
‘Urri’ nació el 26 de marzo de 2024 en el nido preparado por los ejemplares ‘Lizar’ y ‘Sielva’ en la Foz de Lumbier. Durante su desarrollo, el pollo contó con el cuidado y la compañía de su madre ‘Lizar’, quien permaneció junto a él en el nido, y su padre ‘Sielva’, que se posaba en el dormidero cercano.
Sin embargo, el personal técnico de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra detectó que la cría padecía una infección por tricomonas que le impedía alimentarse adecuadamente. Rápidamente, intervinieron para tratar la infección y lograr que ‘Urri’ pudiera recuperarse y finalmente emprender el vuelo, convirtiéndose en el primer ejemplar de águila Bonelli que nace y vuela en Navarra en los últimos años.
EL PROYECTO DE RECUPERACIÓN DEL ÁGUILA BONELLI EN NAVARRA
El proyecto de recuperación del águila Bonelli en Navarra es el resultado de un esfuerzo sostenido a lo largo de décadas. Bajo los proyectos LIFE Bonelli y Aquila a-LIFE, el Gobierno de Navarra ha trabajado en estrecha colaboración con equipos técnicos de otras regiones, como Madrid, Álava, Mallorca, Andalucía y Cerdeña, para llevar a cabo diversas iniciativas.
Una de las acciones clave fue la liberación en 2015 del ejemplar ‘Sielva’ en Lumbier, procedente de las instalaciones del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) de Madrid. Este macho siempre ha estado acompañado de una hembra, siendo ‘Ibarra’, ‘Arrangoiti’ y finalmente ‘Lizar’ las parejas que se han ido sucediendo a lo largo de los años.
Estos esfuerzos han permitido que, actualmente, se tenga constancia del asentamiento de seis aves en el territorio navarro, de las 53 que han sido liberadas entre 2011 y 2022 procedentes de diferentes regiones. Todas ellas cuentan con anillas identificativas y emisores GPS, lo que permite al equipo técnico realizar un seguimiento exhaustivo de sus movimientos y comportamiento, y tomar las medidas necesarias para el mantenimiento poblacional de esta especie.
MEDIDAS ADOPTADAS PARA LA CONSERVACIÓN DEL ÁGUILA BONELLI
Para lograr la conservación y recuperación del águila Bonelli en Navarra, se han implementado diversas medidas a lo largo de los años. Entre ellas, se encuentran:
- Corrección de tendidos eléctricos peligrosos: Se han llevado a cabo actuaciones para minimizar el riesgo de electrocución y colisión de las aves con líneas de alta tensión.
- Instalación de elementos salva pájaros en balsas de agua: Con el objetivo de evitar que las aves se vean atraídas a estas infraestructuras y puedan sufrir accidentes.
- Desbroces de vegetación y creación de puntos de alimentación suplementaria: Estas acciones buscan mejorar el hábitat y asegurar la disponibilidad de recursos alimenticios para la especie.
- Impulso de una línea de ayudas para instalar protectores en torres de alta tensión: El Gobierno de Navarra ha promovido iniciativas para fomentar la adopción de medidas de seguridad en las infraestructuras eléctricas.
Estas acciones, junto con el seguimiento y monitoreo de los ejemplares liberados, han sido fundamentales para el éxito reproductor y la recuperación gradual del águila Bonelli en la comunidad foral.
El trabajo realizado bajo los proyectos LIFE ha sido clave, así como la colaboración y compromiso de diversos agentes del territorio, como entidades locales, sociedades de cazadores, empresas y la propia ciudadanía. Estas sinergias han sido esenciales para establecer acuerdos de custodia y cooperación, fortaleciendo los esfuerzos de conservación y sensibilización en torno a esta especie emblemática.
En resumen, el regreso del águila perdicera a Navarra, ejemplificado en el caso de ‘Urri’, representa un hito significativo en la recuperación de la biodiversidad de la región. Este logro es el resultado de una labor constante y coordinada entre las autoridades, los expertos en medio ambiente y la participación activa de diversos actores locales. Sin duda, una muestra del compromiso de Navarra con la preservación de su riqueza natural y el equilibrio de sus ecosistemas.