La drástica decisión que ha tomado la infanta Cristina para este verano

La infanta Cristina ha tomado una decisión drástica relacionada con sus hijos, una medida que refleja su firme determinación y su carácter inflexible. Después de su divorcio oficial de Iñaki Urdangarin, sus vacaciones han adquirido una nueva dimensión, marcadas por su mano dura en la gestión familiar.

Este verano, Cristina no planea realizar grandes despliegues de lujo, sino más bien su plan es hacia un enfoque tradicional y estricto, que ya se ha hecho evidente en su trato con sus hijos.

1
La infanta Cristina impone reglas para controlar a sus hijos

Desde el terremoto emocional y familiar que sacudió su vida, la infanta Cristina ha adoptado una postura rígida y autoritaria. En lugar de solicitar la nulidad eclesiástica de su matrimonio, posiblemente por razones más materiales que espirituales, ha decidido ejercer un control férreo sobre sus cuatro hijos. La primera regla que la infanta Cristina dio fue clara: evitar cualquier acercamiento a Ainhoa Armentia, la mujer que se involucró con su exmarido. Aunque no ha tenido un éxito total, ha logrado mantener a sus hijos alejados de una relación demasiado humillante.

El control de Cristina se extiende también a las relaciones amorosas de sus hijos, un terreno especialmente difícil. Su hijo mayor, Juan Valentín, lleva una vida discreta en Londres, mientras que Pablo disfruta de una relación aprobada por su madre con Johanna Zott. En cuanto a Miguel, que vive en Zarzuela, mantiene una relación con Olympia Beracasa, heredera millonaria. Pero la mayor preocupación de Cristina es su hija Irene, quien se muestra muy enamorada de su primo lejano Juan Urquijo. Esta relación ha sido una fuente constante de angustia para la infanta, quien ve con frustración cómo su hija no logra avanzar en su vida personal.

Atrás