La Casa Real, en su constante manejo de la imagen pública y los eventos oficiales, protagonizó un acto significativo recientemente. La relación entre el rey Felipe VI y la infanta Cristina ha sido objeto de numerosos rumores desde el estallido del caso Nóos, lo que llevó al distanciamiento de Cristina de la familia real. A pesar de estos roces, en los últimos tiempos ha habido un sutil acercamiento entre los hermanos, evidenciado por la reciente inclusión discreta de la infanta en la agenda real.
La Familia Real dio la bienvenida a la selección española de Fútbol a Zarzuela
El pasado lunes, Madrid se vistió de gala para recibir a los campeones de la Eurocopa, la Selección Española de fútbol. Los jugadores y su equipo técnico realizaron un recorrido por la capital, en el cual hicieron paradas significativas en lugares emblemáticos como el Ayuntamiento y la Moncloa, antes de dirigirse a la Zarzuela para una recepción especial. Este encuentro en la residencia real fue encabezado por el rey Felipe VI, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, quienes dieron la bienvenida a los futbolistas con palabras de agradecimiento y admiración.
El rey Felipe VI expresó su gratitud a los jugadores, resaltando no solo su habilidad técnica, sino también la alegría con la que juegan, una característica que ha cautivado al país. Este evento, sin embargo, fue cuidadosamente gestionado por Casa Real para evitar que cualquier otra figura que no pertenece al núcleo duro de la familia real se robara el protagonismo. La Casa Real, consciente de la presencia de los sobrinos del rey, Miguel e Irene Urdangarin, quienes residen en Zarzuela, tomó medidas para asegurarse de que no aparecieran en el primer plano de las fotografías oficiales con la Roja.
Casa Real tomó medidas donde los hermanos Urdangarin no debían ser visibles durante el evento
A pesar de las especulaciones sobre una posible participación en la recepción, el protocolo fue claro al indicar que Miguel e Irene no debían ser visibles en las imágenes del evento. La intención era que el foco se centrara exclusivamente en los reyes y sus hijas, junto a los campeones de la Eurocopa. De esta forma, los hermanos Urdangarin fueron ubicados discretamente en un rincón de la sala, lejos del ojo público, permitiéndoles observar el evento sin interferir en la ceremonia.
Curiosamente, no solo Miguel e Irene estuvieron presentes. Pablo Urdangarin, quien había regresado temporalmente a Madrid desde Alemania, también asistió al evento. Según Vanitatis, Pablo había estado visitando a su novia, Johanna Zott, en Munich, y aprovechó su estancia en la ciudad para reunirse con su familia y asistir discretamente a la recepción. La Casa Real permitió que los hermanos Urdangarin observaran desde lejos, manteniéndose al margen de la atención mediática.
Los hermanos Urdangarin pudieron asistir pero escondidos sin interferir en el acto principal
El medio reveló que, aunque pocos notaron su presencia, los hermanos Urdangarin estuvieron en un rincón junto a los empleados de Zarzuela, esperando hasta el último momento para saludar a los jugadores. Fue una decisión del propio rey Felipe VI permitir que sus sobrinos asistieran de manera discreta, asegurándose de que no interfirieran en el acto principal.
Este acto cuidadosamente gestionado por la Casa Real demuestra no solo la habilidad para manejar eventos oficiales, sino también un sutil movimiento hacia la reconciliación familiar, al permitir una presencia controlada de los hermanos Urdangarin en un evento de gran relevancia.
