España descarta un posible boicot, pero determinará la asistencia de ministros a encuentros de la UE planeados por Orbán

El Gobierno español se encuentra en una posición cautelosa y prudente al abordar la Presidencia del Consejo de la Unión Europea por parte de Hungría durante el segundo semestre de 2023. Tras una serie de acciones y posturas controvertidas por parte del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, España ha decidido evaluar cada reunión y participación de manera específica, evitando un boicot total a las actividades desarrolladas bajo la dirección de Budapest.

La Controversia Generada por las Acciones de Orbán

El malestar generado por los recientes viajes de Orbán a Moscú, Pekín y Washington, en los que actuó de manera independiente y sin representar a la UE, ha provocado fuertes críticas entre los Estados miembros. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han sido especialmente contundentes en su rechazo a estas iniciativas unilaterales del líder húngaro.

La Posición Española Ante la Presidencia Húngara

Desde el Ministerio de Exteriores, se defiende que el Consejo y la Presidencia rotatoria tienen un papel institucional indiscutible en la UE, por lo que España no se plantea por el momento un boicot total a las reuniones celebradas bajo la égida de Hungría. En su lugar, el Gobierno español viene valorando las agendas y la participación en las reuniones del Consejo, buscando asegurar una representación adecuada y la continuidad del trabajo institucional, sin que este se vea interrumpido.

Esta posición se ha visto reflejada en la asistencia de ministros españoles a algunas de las reuniones informales ya celebradas en Budapest, como la de Medioambiente, si bien en otras ocasiones, como la de Competitividad, se ha optado por enviar secretarios de Estado en lugar de ministros. Asimismo, se ha adelantado que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no asistirá al Consejo Informal de Empleo previsto para octubre en la capital húngara.

En resumen, España mantiene una actitud de cautela y evaluación caso por caso, buscando preservar la continuidad del trabajo institucional de la UE, sin que ello suponga una aprobación tácita de las acciones emprendidas por el Gobierno de Orbán.