En la sociedad actual, la comunicación se ha vuelto cada vez más compleja y desafiante. La velocidad a la que nos movemos, la cantidad de información a la que estamos expuestos y la creciente polarización de las opiniones han generado un escenario en el que a menudo nos sentimos desconectados y incapaces de expresar nuestros pensamientos y sentimientos de manera efectiva. Es en este contexto que la obra «Los que hablan», escrita y dirigida por Pablo Rosal, cobra una relevancia fundamental.
La obra, estrenada en el año 2020 en el Teatro de La Abadía de Madrid, aborda de manera profunda y reflexiva los problemas de comunicación que enfrentamos en la sociedad actual. A través de un sencillo pero poderoso diálogo entre dos personajes, Malena Alterio y Luis Bermejo, la obra nos invita a examinar nuestra propia forma de comunicarnos, los obstáculos que enfrentamos y la necesidad de recuperar la integridad de la palabra.
Explorando la Pérdida de la Integridad de la Palabra
La obra «Los que hablan» se centra en una fallida conversación entre dos personas, en la que Malena y Luis intentan esquivar sus sentimientos y refugiarse en clichés, historias ajenas o conversaciones cargadas de tecnicismos, mientras retrasan el abordaje del fondo de la cuestión. Esta dinámica refleja la pérdida de la integridad de la palabra que caracteriza a nuestra época, donde a menudo evitamos enfrentar las verdades incómodas y preferimos refugiarnos en diálogos superficiales.
A través de este retrato de la incomunicación, la obra invita al público a reflexionar sobre la importancia de la comunicación y la necesidad de recuperar la autenticidad de nuestras interacciones. Luis Bermejo, uno de los protagonistas, subraya que el teatro y propuestas como «Los que hablan» tratan de escudriñar el lenguaje y hacernos volver a lugares iniciáticos y primigenios, desafiando la dictadura de la visibilidad que caracteriza a nuestra época.
El Teatro como Medicina Secreta
Más allá de su contenido reflexivo, «Los que hablan» también se destaca por su capacidad de evolucionar y adaptarse a los cambios en la sociedad. Después de haber pasado por una pandemia desde su primera representación, la obra revisita los desafíos de comunicación en un contexto de mayor polarización y depresión colectiva.
Luis Bermejo, nominado al Goya en dos ocasiones, defiende el teatro como una «medicina secreta» que debemos tomar en medio de este julio caluroso. Invita incluso al público que ya vio la obra a regresar para comprobar la evolución de la misma, recalcando que «en el teatro cada tarde siempre somos distintos«.
Esta versatilidad y capacidad de adaptación a los cambios sociales es lo que convierte a «Los que hablan» en una obra relevante y necesaria en nuestros tiempos. Al invitarnos a reflexionar sobre la comunicación y la incomunicación, la obra se erige como un llamado a recuperar la integridad de la palabra y a construir relaciones más auténticas y significativas.
