El flan ligero de manzana y galletas es una opción deliciosa y saludable para disfrutar de un postre sin remordimientos. Este flan combina la frescura de las manzanas con la suavidad de las galletas, creando una textura única que deleita el paladar. Además, su preparación es sencilla y requiere ingredientes que probablemente ya tienes en casa, como leche desnatada, galletas maría, manzanas y huevos. A continuación, te explicaré paso a paso cómo preparar este exquisito flan ligero, asegurándote de obtener un resultado perfecto y sabroso.
Para comenzar a preparar este flan ligero, lo primero que debes hacer es descorazonar las manzanas y pelar el limón, reservando un trozo de su piel y exprimiéndolo para obtener su zumo. Pela tres de las manzanas, descorazónalas, trocéalas y rocíalas con el zumo de limón para evitar que se oxiden. Este paso es crucial para que las manzanas mantengan su frescura y sabor durante todo el proceso de cocción del flan. Mientras preparas las manzanas, puedes ir precalentando el horno a 180 grados.
Preparación de un flan ligero con galletas
El siguiente paso en la preparación es picar las galletas maría y cocerlas con cuatro cucharadas de agua durante quince minutos, removiendo constantemente hasta que se deshagan. Una vez que las galletas estén bien cocidas, añade el azúcar y aplástalas hasta obtener un puré suave y homogéneo. Este puré será una de las bases del flan ligero, aportando una textura cremosa y un dulzor sutil. Mientras las galletas se cuecen, puedes aprovechar para preparar los otros ingredientes necesarios para este flan ligero.
Mientras las galletas se cuecen, hierve la leche desnatada con una ramita de canela y la piel del limón que reservaste anteriormente. Una vez que la leche haya hervido, tápala y deja que se temple un poco. Luego, fíltrala para retirar la canela y la piel del limón. Mezcla la leche con el puré de galletas y manzanas, y añade los huevos batidos. Esta mezcla es la base del flan ligero, que deberá ser homogénea y sin grumos para lograr una textura suave y delicada. Este paso es fundamental para asegurar que todos los sabores se integren correctamente.
Cocinar, enfriar y servir
Reparte la mezcla del flan ligero en flaneras individuales previamente untadas con caramelo líquido. Coloca las flaneras en una bandeja con agua caliente para cocer al baño maría. Precalienta el horno a 180 °C y hornea los flanes durante 50 minutos o hasta que cuajen por completo. El baño maría es fundamental para que el flan adquiera una consistencia firme y suave, sin que se reseque. Este método de cocción permite que se cocine de manera uniforme y mantenga su humedad.
Una vez que los flanes estén cocidos, déjalos enfriar antes de desmoldarlos. Para servirlo, lava la manzana restante, descorazónala, córtala en láminas finas y saltéalas en una cucharadita de mantequilla hasta que estén doradas y tiernas. Acompaña cada flan con las láminas de manzana salteada para añadir un toque de frescura y contraste de texturas. Este detalle final realza el sabor del flan ligero, convirtiéndolo en un postre irresistible para cualquier ocasión. Además, la presentación será mucho más atractiva.