La Audiencia Nacional ratifica juicio por estafa piramidal de Arbistar

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha confirmado que es competente para juzgar la presunta estafa piramidal con criptomonedas de la plataforma Arbistar. Esto se debe a que aparece un «muy elevado número» de perjudicados que tienen residencia en distintas audiencias provinciales y puesto que la posible cuantía estafada «supera con creces» el mínimo establecido por la jurisprudencia.

En este sentido, el tribunal presidido por el magistrado Alfonso Guevara, acuerda que será ya en la fase del juicio oral mediante la práctica de la prueba cuando se valore si son efectivamente perjudicados todas las personas que son parte en el procedimiento y el importe de la defraudación «en caso de que se considere acreditada». Sin embargo, recalca que «no puede en absoluto cuestionarse en este momento procesal la competencia de este tribunal para llevar a cabo el enjuiciamiento«.

Las defensas de los principales encausados, Santiago Fuentes Jover y Diego Felipe Fernández, habían solicitado que el asunto recalara en los juzgados de Santa Cruz de Tenerife, pero esta petición ha sido desestimada.

LA ESTAFA PIRAMIDAL DE ARBISTAR

En junio de 2023, el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama procesó a los siete presuntos miembros de esta trama criminal que, a través de la plataforma de comercialización de criptomonedas Arbistar, habría defraudado más de 92 millones de euros a cerca de 32.000 inversores.

Según el auto del juez, los procesados comercializaban el uso de determinados programas automáticos de inversión llamados Community Bot, que bajo eslóganes como ‘con este sistema siempre se gana’ y ‘ganar es la única opción’, garantizaba a los inversores unas ganancias entre un 8% y un 15% mensual, con el único requisito de que en dos meses no podrían retirar su dinero.

Sin embargo, el juez explicaba que dicho algoritmo nunca existió y, por tanto, únicamente se vendía humo. Lo que esta trama hizo realmente fue utilizar una parte del dinero obtenido de los inversores para entregarlo a otros inversores anteriores en pago de los altos intereses convenidos, generando una gran confianza en ellos acerca de que su inversión era segura y muy rentable.

Además, a los inversores se les ofertaba también un «plan amigo» a partir del cual si los clientes conseguían incluir nuevos clientes obtenían una importante compensación. Esto, unido a una red comercial activa y motivada por los incentivos económicos, un aparato de publicidad eficaz, y presencia en las redes sociales, contribuyó al éxito del negocio y a la percepción de que el inversor siempre gana.