Juan Carlos I sigue siendo una figura impredecible y al mismo tiempo previsible. Aunque sea un veterano en estas cosas, sus debilidades son bien conocidas: mujeres, dinero, entretenimiento, y por supuesto, buena comida y bebida.
1El destino al que Juan Carlos I viajó por sorpresa
La atracción por el poder también es notable, aunque ha tenido que dejarlo un poco de lado para conservar otros tesoros. Las inclinaciones y obsesiones de Juan Carlos I son bastante evidentes y nos permiten seguir sus pasos, especialmente cuando decide desaparecer del radar sin previo aviso. Este es el caso de su reciente escapada desde Sanxenxo.
El rey emérito Juan Carlos I dejó Sanxenxo, tomó un jet privado y voló 700 kilómetros. ¿Su destino? No fue ni Madrid ni Zarzuela. El avión aterrizó en Logroño, La Rioja, y después de unas horas, volvió a Galicia, donde su fiel chófer Pedro Campos lo esperaba. Europa Press informó sobre esta inesperada travesía, aunque sin demasiados detalles. Revisando la prensa local, no encontramos ninguna mención sobre la presencia del monarca en Logroño, algo inusual en estos casos.
