El 45% de las oficinas de CaixaBank en España se ubica en zonas rurales

La inclusión financiera se ha convertido en un desafío crucial para el sector bancario español, especialmente en las zonas rurales y menos pobladas. En un país donde la despoblación y el envejecimiento demográfico son realidades cada vez más patentes, garantizar el acceso a servicios financieros básicos se ha transformado en una prioridad para las entidades bancarias más comprometidas con la responsabilidad social.

CaixaBank, una de las principales instituciones financieras de España, ha asumido un papel protagónico en esta misión. Con una estrategia integral que combina la presencia física tradicional con soluciones innovadoras, la entidad está logrando llegar a rincones del país donde otros bancos han optado por cerrar sus puertas. Esta iniciativa no solo beneficia a las comunidades rurales, sino que también fortalece el tejido socioeconómico de estas regiones, contribuyendo a frenar la despoblación y a mantener viva la España vaciada.

CaixaBank: Líder en cobertura bancaria rural

CaixaBank ha demostrado un compromiso sin precedentes con la inclusión financiera en España. La entidad ofrece sus servicios bancarios en 3.142 localidades españolas a través de una extensa red de 4.000 oficinas. Lo más destacable es que el 45% de estas sucursales, es decir, 1.835 oficinas, se encuentran ubicadas en zonas rurales con menos de 10.000 habitantes.

Esta presencia en áreas menos pobladas no se limita a las localidades de tamaño medio. CaixaBank ha llevado sus servicios hasta los municipios más pequeños, con 230 oficinas en localidades de menos de 1.000 habitantes. Más impresionante aún es el hecho de que en 458 de estos núcleos rurales, CaixaBank es la única entidad bancaria presente, convirtiéndose en un pilar fundamental para la vida económica de estas comunidades.

La estrategia de CaixaBank para llegar a todos los rincones del país no se limita a las oficinas tradicionales. La entidad ha desplegado una red de cajeros automáticos que ofrecen servicios financieros a 340 pequeñas poblaciones rurales. Además, en una iniciativa innovadora, CaixaBank ha implementado oficinas móviles que, solo en el primer trimestre del año, llegaron a 798 poblaciones que carecían de puntos de acceso presencial a servicios bancarios.

Democratización de los servicios financieros

Para CaixaBank, el aumento de oficinas, la implantación de cajeros rurales y el despliegue de oficinas móviles son acciones indispensables que permiten democratizar de manera rápida y efectiva los servicios bancarios. Esta estrategia multifacética responde a una realidad demográfica específica de estas zonas rurales: un alto porcentaje de habitantes mayores de 65 años, muchos de los cuales enfrentan dificultades para utilizar las nuevas tecnologías o tienen problemas de movilidad.

La entidad reconoce que la brecha digital y las limitaciones de movilidad son obstáculos significativos para la inclusión financiera en estas áreas. Por ello, la presencia física y el trato personal siguen siendo fundamentales para asegurar que todos los ciudadanos, independientemente de su edad o ubicación, tengan acceso a servicios bancarios esenciales.

Esta iniciativa de CaixaBank cobra aún más relevancia cuando se considera que, según el ‘Informe sobre la Inclusión Financiera en España’ del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, aproximadamente 2.700 municipios españoles no tenían acceso a servicios bancarios en 2022. Este dato subraya la magnitud del desafío y la importancia de las acciones emprendidas por la entidad.

Impacto social y económico de la inclusión financiera

La estrategia de CaixaBank para garantizar la inclusión financiera en zonas rurales tiene un impacto significativo que va más allá del ámbito puramente bancario. Al mantener una presencia activa en estas comunidades, la entidad contribuye a frenar la despoblación y a mantener la vitalidad económica de estas regiones.

El acceso a servicios financieros es crucial para el desarrollo local. Permite a los habitantes de zonas rurales realizar transacciones cotidianas, acceder a créditos para emprendimientos locales y gestionar sus ahorros de manera eficiente. Esto, a su vez, fomenta la actividad económica local, ayuda a mantener y crear empleos, y mejora la calidad de vida de los residentes.

Además, la presencia bancaria en estas zonas actúa como un ancla para otros servicios y negocios. Cuando un banco decide mantener su presencia en una localidad pequeña, envía una señal positiva sobre la viabilidad económica de la zona, lo que puede atraer o retener otros negocios y servicios. Esto crea un círculo virtuoso de desarrollo local que contrarresta las tendencias de despoblación.