Trabajo aborda la reducción de jornada laboral y le hará una nueva propuesta a la CEOE

El futuro de la jornada laboral en España está en el aire. El Ministerio de Trabajo y Economía Social se reúne con sindicatos y patronal para negociar una posible reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Esta propuesta, que ha generado un intenso debate entre los agentes sociales, busca mejorar la conciliación laboral y personal de los trabajadores.

El Gobierno propone, la patronal se resiste

En un nuevo intento por desbloquear las negociaciones, el Gobierno ha anunciado que presentará una nueva propuesta a la patronal. Esta iniciativa busca acercar posturas y encontrar un punto de encuentro entre las demandas de los trabajadores, representados por los sindicatos, y las reticencias de las empresas.

La propuesta del Gobierno busca reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales en 2025, con un paso intermedio de 38,5 horas en 2024. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los trabajadores, favoreciendo la conciliación laboral y familiar. Además, se espera que esta medida tenga un impacto positivo en la creación de empleo.

Sin embargo, la patronal, liderada por la CEOE, se muestra reticente a aceptar una reducción de jornada sin contrapartidas. Argumentan que esta medida podría suponer un aumento de los costes laborales y una pérdida de competitividad. En su lugar, proponen flexibilizar la jornada laboral y ampliar el límite de horas extraordinarias.

Puntos de desacuerdo y posibles soluciones

El principal punto de fricción entre el Gobierno y la patronal es la compensación por la reducción de jornada. Mientras que los sindicatos se muestran abiertos a negociar elementos colaterales, como la flexibilidad horaria o la distribución del tiempo de trabajo, rechazan la propuesta de la patronal de aumentar las horas extraordinarias.

El Gobierno, por su parte, ha dejado claro que no aceptará una reducción de jornada «fake» y que no se levantará de la mesa de negociación hasta alcanzar un acuerdo. La ministra de Trabajo ha insistido en que la reducción de jornada debe ser real y efectiva, y no una mera operación cosmética.

Para encontrar una solución, será necesario que ambas partes cedan en sus pretensiones y busquen un punto de encuentro. El diálogo social, basado en el respeto mutuo y la voluntad de llegar a acuerdos, será fundamental para alcanzar un pacto satisfactorio para todos.

Algunos expertos apuntan a la posibilidad de establecer un periodo de prueba para evaluar el impacto real de la reducción de jornada. De esta forma, se podrían analizar los efectos sobre la productividad, la creación de empleo y la competitividad de las empresas, y en base a los resultados, realizar los ajustes necesarios.