domingo, 24 noviembre 2024

El violador de Igualada es condenado a 35 años de cárcel por la Audiencia de Barcelona

La Audiencia de Barcelona ha condenado a un joven a 35 años de prisión, además de 10 años de libertad vigilada y al pago de 332.727 euros en indemnización a la víctima. Los hechos ocurrieron en Igualada (Barcelona) la madrugada del 1 de noviembre de 2021, cuando el acusado, de 21 años en ese momento, violó e intentó asesinar a una joven de 16 años.

Un juicio marcado por las pruebas tecnológicas

En el juicio, que ha tenido una duración considerable debido a la complejidad del caso y la gravedad de los hechos, se han presentado diversas pruebas que han sido determinantes para la condena. Los Mossos d’Esquadra analizaron más de 155 cámaras de seguridad para seguir los movimientos del acusado y la víctima aquella noche.

La importancia de las cámaras de seguridad

La revisión de las cámaras de seguridad permitió a los investigadores observar cómo el acusado seguía a la víctima, estableciendo un patrón claro de sus movimientos. Además, un testigo grabó un vídeo en el que se veía al acusado golpeando un vehículo cerca de la discoteca, lo que sirvió para identificarlo claramente.

Los datos de geolocalización y pruebas genéticas

Otra prueba crucial fue la geolocalización del móvil del acusado, que coincidía con la ubicación del móvil de la víctima en el momento de los hechos. También se encontraron búsquedas en el móvil del acusado relacionadas con la agresión de Igualada. Además, durante el registro del domicilio del acusado, los agentes encontraron una chaqueta con el perfil genético de la víctima, lo que afianzó aún más las pruebas en su contra.

Las declaraciones y testimonios

Testimonio de los camioneros

Durante la primera sesión del juicio, dos camioneros que encontraron a la víctima en el suelo, temblando, medio desnuda y ensangrentada, testificaron que la cubrieron con sus chaquetas y esperaron la llegada del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM).

Las declaraciones de los Mossos d’Esquadra

En las siguientes sesiones, varios agentes de los Mossos d’Esquadra detallaron cómo avanzó la investigación, subrayando la gravedad de las heridas sufridas por la víctima y el carácter extremadamente violento del acusado, cuyo objetivo era «hacer el máximo daño posible».

La amiga de la víctima

Esa noche, la víctima salió de fiesta con una amiga. Esta amiga declaró que discutieron porque la víctima se fue con otro joven a medianoche y que, alrededor de las 6 de la mañana, no contestaba al teléfono cuando habían quedado para regresar a casa.

La protección a la víctima durante el juicio

Con el propósito de proteger la intimidad de la víctima, el tribunal decidió que ella no testificara en persona. En su lugar, se reprodujo la grabación de su declaración realizada durante la fase de instrucción a puerta cerrada. Además, se prohibió difundir información que pudiera identificarla o cualquier dato relacionado con sus necesidades de protección.

Los alegatos finales y condena

Argumentos de la fiscalía

En los informes finales, la fiscal Paola Tejada destacó la «maldad brutal sin finalidad» con la que el acusado cometió la violación, actuando con un ánimo ruin, perverso, cobarde y traicionero.

Defensa del acusado

Por su parte, la defensa del acusado argumentó que no habían indicios suficientes para condenarlo y solicitó su absolución, alegando que su representado es «una persona normal». Sin embargo, las pruebas presentadas fueron irrefutables.

La condena de 35 años de prisión y 10 años de libertad vigilada

Finalmente, la Audiencia de Barcelona emitió una condena de 35 años de prisión para el joven, dividida en 20 años por intento de asesinato y 15 años por agresión sexual. Además, se le impusieron 10 años de libertad vigilada una vez cumplida la condena y la obligación de pagar 332.727 euros en concepto de indemnización a la víctima.