La izquierda alternativa en España se encuentra en un momento crítico tras los malos resultados electorales de Sumar en las elecciones europeas. El líder de Izquierda Unida (IU), Antonio Maíllo, ha urgido a recomponer este espacio, señalando que no es momento para «tonterías» ni «irrelevancias palaciegas», sino que es necesario asumir la «responsabilidad histórica de construir un sujeto político útil».
Maíllo critica duramente el proceso de conformación de la candidatura de Sumar, donde IU se sintió «relegada» y «no justamente tratada», lo que finalmente les llevó a quedar fuera de la Eurocámara por primera vez en su historia. Esta derrota, junto a los malos resultados en Galicia, Euskadi y Cataluña, deben servir de «aldabonazo» para repensar el rumbo de la izquierda alternativa.
IU Rechaza los «Hiperliderazgos» y Apuesta por la Horizontalidad
Una de las principales críticas de Maíllo es a la «visión populista» centrada en los «hiperliderazgos», pues IU es consciente de que los «líderes pasan» y lo que debe permanecer es la organización. Por ello, se oponen a los «significantes vacíos» y a la «tesis del núcleo irradiador», expresiones acuñadas por el portavoz de Sumar, Íñigo Errejón.
En su lugar, Maíllo aboga por «métodos democráticos» de toma de decisiones, basados en la horizontalidad y el respeto mutuo entre las fuerzas que conforman la izquierda alternativa. Esto implica «contar con IU en su arquitectura», pues considera que su «credibilidad y certidumbre» son fundamentales para este proceso de reconstrucción.
Hacia una «Convocatoria por la Democracia» en Otoño
Frente al avance del «neofascismo» entre la clase trabajadora, Maíllo propone fortalecer las alianzas sociales como «condición» previa a la conformación de alianzas políticas y electorales. Para ello, anuncia una «Convocatoria por la Democracia» para el próximo otoño, un foro que busca «evaluar las causas de la involución política» y «impulsar al Gobierno progresista».
Esta convocatoria, organizada por IU, pretende invitar a sindicatos y colectivos de la sociedad civil, dejando claro que no se trata de una «mesa de partidos de Sumar». De esta manera, Maíllo defiende que la izquierda no puede caer en el «derrotismo», sino que debe aportar «credibilidad y certidumbre» a las bases progresistas, a través de la movilización social y el conflicto político.