Vaticano sanciona con la expulsión al exnuncio en Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, por un delito de cisma

Roma, 5 de julio de 2023 – En un giro sorprendente de los eventos, el Vaticano ha tomado una decisión trascendental al excomulgar al exnuncio en Estados Unidos, el arzobispo italiano Carlo Maria Viganò. Esta medida drástica se produce después de que Viganò fuera declarado culpable de un delito de cisma, poniendo de manifiesto las profundas divisiones que han sacudido a la Iglesia Católica en los últimos años.

La sentencia, emitida por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, llega tras la conclusión de un proceso penal extrajudicial que se ha seguido contra el arzobispo. En un comunicado, el Vaticano ha señalado que las declaraciones públicas de Viganò «de las que se desprende su negativa a reconocer y someterse al Sumo Pontífice, de la comunión con los miembros de la Iglesia sometida a él y de la legitimidad y autoridad magisterial del Concilio Ecuménico Vaticano II», han sido determinantes en su declaración de culpabilidad por el delito de cisma.

La Excomunión como Medida Drástica para Preservar la Unidad de la Iglesia

La decisión del Vaticano de excomulgar a Viganò no ha sido tomada a la ligera. Representa un momento crucial en la lucha por mantener la unidad y la cohesión dentro de la Iglesia Católica. La excomunión es una medida canónica grave, que se reserva para aquellos casos en los que un miembro de la Iglesia se separa deliberadamente de la comunión y la obediencia debida al Sumo Pontífice y a la Iglesia.

En el caso de Viganò, su postura de rechazo al Concilio Vaticano II y su negativa a reconocer la autoridad del Papa lo han colocado en una posición irreconciliable con la Iglesia. La excomunión, por lo tanto, es una consecuencia lógica y necesaria para preservar la integridad y la unidad de la Iglesia Católica.

El Impacto de la Excomunión y las Implicaciones para la Iglesia

La excomunión de Viganò tiene implicaciones significativas, no solo para el arzobispo en cuestión, sino también para la Iglesia en su conjunto. Al ser apartado de la comunión con la Iglesia, Viganò queda privado de los sacramentos y de la participación en la vida litúrgica y comunitaria. Esto supone un duro golpe para un hombre que ha dedicado su vida al servicio de la Iglesia.

Más allá de las consecuencias personales, la excomunión de Viganò envía un mensaje claro a aquellos dentro de la Iglesia que cuestionan la autoridad del Papa y la legitimidad del Concilio Vaticano II. Señala que la Iglesia Católica no tolerará divisiones y que está dispuesta a tomar medidas drásticas para preservar su unidad y su integridad.

En un momento en el que la Iglesia enfrenta desafíos internos y externos, la decisión del Vaticano de excomulgar a Viganò puede tener un efecto disuasorio, desalentando a otros que podrían estar tentados a seguir un camino similar de separación y disidencia. Al mismo tiempo, esta acción también representa un llamado a la reconciliación y a la búsqueda de la unidad, en la que todos los fieles católicos deben participar.