La UNESCO declara reservas de la biosfera a Irati y Val d’Aran

La UNESCO ha ampliado su Red Mundial de Reservas de Biosfera con once nuevas designaciones, incluyendo dos importantes áreas naturales en España: el Val d’Aran en Cataluña y la reserva de Irati en Navarra. Esta decisión, tomada por el Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la UNESCO, eleva a 55 el número total de reservas de la biosfera en territorio español. La incorporación de estas nuevas áreas representa un paso significativo en la protección de la biodiversidad y el fomento del desarrollo sostenible a nivel global.

Las reservas de biosfera juegan un papel crucial en la misión de la UNESCO como organismo de las Naciones Unidas dedicado a las ciencias. Estos espacios naturales no solo promueven soluciones innovadoras para el desarrollo sostenible a nivel local, sino que también contribuyen a la protección de la biodiversidad y a la lucha contra el cambio climático. Además, estas reservas apoyan a las comunidades locales e indígenas mediante prácticas como la agroecología, la gestión eficiente del agua y la generación de ingresos ecológicos, alineándose con los objetivos del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal.

El Val d’Aran: Un tesoro natural y cultural en los Pirineos

La reserva de biosfera del Val d’Aran, situada en el extremo occidental de los Pirineos catalanes, abarca una superficie de aproximadamente 632 km². Esta región única se distingue por ser el único valle de Cataluña orientado hacia el norte, lo que le confiere una posición excepcional entre el Mediterráneo y el Atlántico. Esta ubicación privilegiada ha dado lugar a una extraordinaria diversidad de paisajes climáticos y biológicos, convirtiendo al Val d’Aran en un auténtico paraíso natural.

Con una población de 9.983 habitantes, el Val d’Aran no solo destaca por su riqueza natural, sino también por ser un bastión del patrimonio cultural y lingüístico occitano. Históricamente, la región ha prosperado gracias a una variedad de actividades económicas, incluyendo la agricultura, la artesanía y el comercio. En los últimos tiempos, la reintroducción del oso pardo ha generado cierta preocupación entre los ganaderos locales, planteando nuevos desafíos para la convivencia entre la conservación de la naturaleza y las actividades tradicionales.

La designación del Val d’Aran como reserva de biosfera representa un hito crucial en la protección de su biodiversidad y en la revitalización de las prácticas tradicionales. Este reconocimiento busca frenar la despoblación y facilitar la transición hacia un modelo de desarrollo rural más resiliente y sostenible. El plan de gestión de la reserva ha sido cuidadosamente elaborado en colaboración con representantes de las aldeas y asociaciones locales, asegurando así un enfoque participativo que integra las necesidades de la comunidad con los objetivos de conservación.

La reserva de Irati: Un paraíso de biodiversidad en Navarra

La reserva de biosfera de Irati se ubica en una zona de media montaña de los Pirineos occidentales, abarcando los pintorescos valles de Salazar y Aezkoa en el extremo nororiental de Navarra. Con una superficie de 537 km² y una población de 2.435 habitantes, Irati se ha ganado la reputación de ser un verdadero paraíso de la biodiversidad. Sus extensos bosques, compuestos principalmente por hayas y abetos, la convierten en el segundo hayedo más grande de Europa, destacando por su belleza natural y su importancia ecológica.

La comunidad local ha desempeñado un papel fundamental en el proceso de candidatura de Irati como reserva de biosfera, participando activamente desde 2015 en la definición de su estructura de gestión. Esta estructura incluye un consejo ejecutivo y un consejo asesor que representan a diversas partes interesadas, entre las que se encuentran asociaciones culturales y de conservación, así como grupos de mujeres. Esta amplia participación comunitaria asegura que la gestión de la reserva refleje las necesidades y aspiraciones de quienes habitan en ella.

El plan de gestión de la Reserva de Biosfera de Irati es un testimonio de los esfuerzos de conservación impulsados por la comunidad. Este enfoque participativo no solo busca proteger la rica biodiversidad de la zona, sino también promover un desarrollo sostenible que beneficie a la población local. La designación como reserva de biosfera ofrece una oportunidad única para implementar prácticas innovadoras de gestión ambiental, fomentar el ecoturismo responsable y preservar las tradiciones culturales que han moldeado este hermoso paisaje a lo largo de los siglos.

El impacto global de las nuevas reservas de biosfera

La incorporación de estas once nuevas reservas de biosfera, incluyendo el Val d’Aran y la reserva de Irati, tiene un impacto significativo a nivel global. Con una superficie total de 37.400 km², equivalente al tamaño de los Países Bajos, estas nuevas designaciones elevan a 759 el número total de reservas en la Red Mundial de Reservas de Biosfera, distribuidas en 136 países. Este crecimiento refuerza el compromiso internacional con la conservación de la naturaleza y el desarrollo sostenible.

Las nuevas reservas no se limitan a España; incluyen también áreas en Colombia, Eslovenia, Filipinas, Italia, Mongolia, Países Bajos, la República de Corea y la República Dominicana. Esta diversidad geográfica subraya la importancia global de la iniciativa y fomenta la cooperación internacional en materia de conservación. Algunas de estas reservas, como la Reserva de Biosfera Transfronteriza de Kempen-Broek entre Bélgica y los Países Bajos, demuestran cómo la protección del medio ambiente puede trascender las fronteras nacionales.

Estas nuevas designaciones contribuyen significativamente a los objetivos establecidos en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, que busca proteger el 30% de la superficie terrestre y marina del planeta y restaurar el 30% de los ecosistemas degradados para 2030. Las reservas de biosfera, al combinar la conservación de la biodiversidad con el desarrollo sostenible y la investigación científica, se posicionan como herramientas fundamentales para alcanzar estos ambiciosos objetivos globales y construir un futuro más sostenible para todos.