Los vecinos de barrios desfavorecidos viven hasta nueve años menos que los de zonas ricas, según un estudio

El estudio sobre desigualdad en Sevilla realizado por la Universidad de Sevilla revela cifras impactantes: la población de los barrios pobres de la ciudad vive hasta nueve años menos que aquellos de zonas más prósperas en Andalucía. Este análisis, desarrollado en colaboración con seis universidades andaluzas, se enfoca en doce ciudades de la región y examina indicadores clave como nivel educativo, desempleo, ingresos familiares y mortalidad.

Los factores que afectan la esperanza de vida

En palabras de Inmaculada Caravaca, coordinadora del estudio, la discrepancia en la esperanza de vida plantea la cuestión de por qué algunas personas tienen más probabilidades que otras de fallecer prematuramente en una misma ciudad. El informe destaca que la esperanza de vida promedio es casi nueve años inferior en los barrios menos favorecidos de Sevilla en comparación con los más acomodados.

Según el análisis, la población en el barrio de Santa Clara tendría una esperanza de vida similar a la de Japón, mientras que en el Polígono Sur sería equiparable a la de Corea del Norte. Estos datos reflejan una clara disparidad que no se corresponde con méritos individuales, sino con factores estructurales como los ingresos familiares, nivel educativo y el propio código postal.

El impacto de la desigualdad en la salud y el bienestar

Sonia Díaz, de Oxfam Intermón, subraya las consecuencias letales de la desigualdad en la esperanza de vida. Aspectos como el nivel de estrés, las condiciones de la vivienda, el acceso a la educación y al empleo, entre otros, influyen directamente en la calidad de vida de las personas y pueden acortar su tiempo de existencia.

El acceso limitado al empleo y los bajos ingresos representan obstáculos significativos para el bienestar de la población. Las condiciones socioeconómicas de los barrios de Sevilla reflejan una brecha alarmante entre los estratos más ricos y los más desfavorecidos, lo que repercute en la salud y la longevidad de sus habitantes.

La persistencia de la desigualdad en el tiempo

El informe resalta el carácter estructural de estas disparidades, evidenciando que los barrios desfavorecidos de Sevilla hace tres décadas siguen siéndolo en la actualidad. Este fenómeno, apunta Ibán Díaz, otro de los investigadores, revela cómo la segregación y la desigualdad tienden a perpetuarse a lo largo del tiempo, aunque la relación entre ambos conceptos presenta matices según el contexto urbano y social.

La investigación arroja luz sobre los patrones de segregación socioespacial en varias ciudades andaluzas, ofreciendo información valiosa que podría orientar las decisiones de las autoridades públicas para combatir la segregación y la estigmatización social, así como para abordar la pobreza crónica.

Para profundizar en el análisis de las desigualdades urbanas, es imperativo que el Plan Estadístico y Cartográfico de Andalucía incorpore datos a nivel de barrios en sus investigaciones. Es esencial que tanto las instituciones públicas como la sociedad en su conjunto reconozcan la urgencia de implementar políticas que aborden las raíces de la exclusión social y reduzcan las brechas de desigualdad existentes. La información detallada por zonas geográficas puede ser clave para identificar y corregir los factores que perpetúan la inequidad y el deterioro de las condiciones de vida.