Desecación de lagunas pone en riesgo a los anfibios de Doñana, según estudio del CSIC

El Parque Nacional de Doñana es uno de los humedales más valiosos y, en teoría, mejor protegidos de Europa. Sin embargo, un estudio reciente ha revelado la «delicada situación» en la que se encuentran los anfibios que habitan en este ecosistema único. La investigación, realizada por científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Leiden (Países Bajos), se ha centrado en dos especies clave: el gallipato (Pleurodeles waltl) y la rana común (Pelophylax perezi).

Los resultados del estudio, publicados en la revista ‘Freshwater Biology’, muestran que la diversidad genética de estas especies depende de las redes de lagunas, que son cada vez más escasas, de menor superficie y están más aisladas entre sí. Este hallazgo pone en evidencia la fragilidad de los ecosistemas acuáticos de Doñana y la urgente necesidad de adoptar medidas para garantizar la supervivencia a largo plazo de sus anfibios autóctonos.

LA REDUCCIÓN DE LAS REDES DE LAGUNAS, UNA AMENAZA PARA LOS ANFIBIOS DE DOÑANA

El estudio se basa en muestras de ADN de más de 800 anfibios (ranas y gallipatos) tomadas entre 2011 y 2016. Los investigadores han constatado que, en apenas una década, algunas de las lagunas en las que estudiaron estas poblaciones «simplemente ya no existen», habiendo sido completamente secadas.

Según Carmen Díaz Paniagua, investigadora de la Estación Biológica de Doñana, los anfibios necesitan disponer de medios acuáticos de cierta extensión y bien conectados para poder mantener poblaciones saludables. Esto se debe a que la diversidad genética, fundamental para garantizar su supervivencia a largo plazo, se concentra en las lagunas más extensas y mejor conectadas entre sí.

Íñigo Martínez-Solano, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), explica que «aunque los anfibios están aún distribuidos a lo largo de extensas áreas en Doñana, su diversidad genética se encuentra concentrada allí donde aún se conservan redes de lagunas suficientemente grandes y próximas entre sí». Esta dependencia de las redes de lagunas pone en evidencia la fragilidad de las poblaciones de anfibios ante la reducción y eventual pérdida de estos medios acuáticos.

LAS ESPECIES INVASORAS, OTRA AMENAZA PARA LOS ANFIBIOS DE DOÑANA

Además de la reducción y pérdida de las lagunas por la sequía, estos medios acuáticos se encuentran ampliamente colonizados por especies invasoras como el cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) y la gambusia o pez mosquito (Gambusia holbrooki), que resultan devastadoras para los anfibios autóctonos.

Según Iván Gómez Mestre, científico de la Estación Biológica de Doñana, «los resultados del trabajo asocian por tanto la salud de los anfibios de Doñana (y, por extensión, de la biodiversidad asociada a sus ecosistemas acuáticos) a la conservación de las redes de lagunas, temporales y permanentes, que dan vida a este espacio natural protegido».

EL PROBLEMA DEL AGUA EN DOÑANA, UNA AMENAZA EXISTENCIAL

En la zona sur del parque, donde la disponibilidad de medios acuáticos es mucho menor, los anfibios viven en los llamados «zacallones», que son lagunas excavadas artificialmente para mantener agua todo el año, principalmente para uso ganadero. Sin embargo, estos «zacallones» son pequeños y se encuentran bastante distantes unos de otros, lo que ha provocado que las poblaciones de anfibios que los habitan estén genéticamente empobrecidas y aisladas.

Gregorio Sánchez Montes, investigador del MNCN, advierte que esta situación «podría ser un aviso del futuro que les esperaría a los anfibios en sus refugios de la zona norte, si se mantiene la tendencia actual» de reducción y pérdida de las lagunas.

El problema del agua en Doñana es tan dramático que ha llegado a instancias de los gobiernos andaluz, español y de la Unión Europea. Según Carmen Díaz Paniagua, «hoy en día, la vegetación leñosa ha colonizado hectáreas de terrenos que, hace menos de dos décadas, se inundaban anualmente». Esto se debe a que la sequía estival forma parte de su régimen natural, pero cada vez se inunda más tarde, la lámina de agua alcanza menor extensión y se seca en fechas más tempranas, lo que pone en grave riesgo a los ecosistemas acuáticos de Doñana y, por ende, a las poblaciones de anfibios que los habitan.

En conclusión, la delicada situación de los anfibios en el Parque Nacional de Doñana está estrechamente ligada a la conservación de las redes de lagunas que conforman su hábitat. La reducción y pérdida de estos medios acuáticos, sumada a la amenaza de las especies invasoras y el problema del agua, ponen en grave riesgo la supervivencia a largo plazo de estas especies clave para la biodiversidad de este emblemático espacio natural. Urge, por tanto, la adopción de medidas concretas y efectivas para garantizar la protección y recuperación de los ecosistemas acuáticos de Doñana.