India y Sudeste Asiático superarán a China en la demanda de alimentos en diez años

La alimentación y la agricultura se encuentran en el centro de un cambio fundamental a escala mundial. A medida que el mundo se enfrenta a retos como el crecimiento demográfico, la urbanización y los cambios en los patrones de consumo, la industria alimentaria se ve obligada a adaptarse y evolucionar. En este artículo, exploraremos las tendencias clave que están dando forma a la demanda global de alimentos en los próximos años.

EL DECLIVE DEL PREDOMINIO DE CHINA EN LA DEMANDA GLOBAL DE ALIMENTOS

Durante la última década, China ha sido el principal motor del crecimiento de la demanda global de alimentos. Sin embargo, este panorama está a punto de cambiar. Según un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el alza en el consumo de alimentos de China a diez años vista caerá al 11% frente al 28% que se ha anotado durante la década pasada. Esto se debe a la estabilización de los patrones nutricionales, un menor avance del poder adquisitivo y una población menguante.

En contraste, la India y el Sudeste asiático recogerán el testigo de Pekín y absorberán en conjunto un 31% del aumento de la demanda en el siguiente decenio. Al mismo tiempo, el África subsahariana acapara el 18% del nuevo consumo por circunstancias demográficas. Si bien China seguirá siendo el primer mercado agrícola del planeta, sus avances en términos relativos y absolutos serán más contenidos.

LA TRANSFORMACIÓN DEL CONSUMO MUNDIAL DE PRODUCTOS ALIMENTARIOS

Además de los cambios en la distribución geográfica de la demanda, la OCDE y la FAO también han previsto que el consumo mundial de productos alimentarios, incluyendo los destinados a alimentación, piensos, biocombustibles y otras materias primas, crecerá un 1,1% anual en los próximos diez años. Este fenómeno se circunscribirá, mayormente, a los países de renta baja y media.

En cuanto al consumo de alimentos propiamente dichos, este avanzará un 1,2% por la expansión poblacional y de renta. Asimismo, se estima que la ingesta de calorías aumentará un 7% en los países de renta media, debido a un mayor consumo de alimentos básicos, productos ganaderos y grasas. En contraste, la ingesta de calorías en los países de renta baja crecerá un 4%, un ritmo insuficiente para cumplir con la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de hambre cero para 2030.

EL IMPACTO DEL DESPERDICIO DE ALIMENTOS

Un aspecto fundamental a considerar es el desperdicio de alimentos. Según el informe, casi un tercio de los alimentos destinados al consumo humano se pierden o desperdician, lo que se traduce en emisiones contaminantes y en un malgasto de agua y energía.

Sin embargo, la OCDE y la FAO han afirmado que reducir a la mitad dichos desperdicios evitarían que 153 millones de personas sufriesen de malnutrición para 2030, lo que representaría un 26% menos en comparación con el escenario base. Además, la mejora de la productividad se traducirá en una caída de la intensidad de las emisiones agrarias de efecto invernadero, a pesar de que las emisiones directas del sector sí subirán un 5%.

En resumen, el futuro de la demanda global de alimentos se caracterizará por una disminución relativa del predominio de China, un mayor protagonismo de la India, Sudeste Asiático y África subsahariana, una transformación del consumo mundial de productos alimentarios y la **necesidad de abordar el *desperdicio de alimentos* como una prioridad clave. Estas tendencias representan desafíos y oportunidades para la industria alimentaria y agrícola a nivel mundial.