El fuego arrasa 21.304 hectáreas en lo que va del año, un 64,2% menos que en 2023

La crisis climática y la sequía han sido realidades cada vez más acuciantes en España en los últimos años, lo que ha supuesto un aumento preocupante de los incendios forestales. Sin embargo, los datos ofrecidos por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) sobre los primeros seis meses de 2024 muestran una mejora significativa en la lucha contra este fenómeno.

Según los datos, durante el primer semestre de 2024 se quemaron 21.304 hectáreas (ha), lo que representa un 64,2% menos que en el mismo periodo de 2023, cuando ardieron 59.432 ha. Incluso, esta cifra está un 37,4% por debajo de la media de los últimos diez años, que se situaba en 33.987 ha quemadas entre enero y junio.

Reducción de Grandes Incendios y Tendencias Regionales

Estas cifras sitúan a 2024 como el sexto año con menos hectáreas calcinadas de los últimos diez. Además, si bien se han registrado 918 incendios que han afectado a más de una hectárea, solo seis de ellos han sido considerados grandes incendios (más de 500 ha), una cifra muy inferior a los 15 grandes incendios registrados en el mismo periodo de 2023.

En cuanto a la distribución geográfica, el 40,68% de los incendios han tenido lugar en el noroeste de España, el 30,27% en el Mediterráneo, el 28,61% en las comunidades interiores y el 0,44% en Canarias. Asimismo, el 69,24% de la superficie arbolada afectada ha estado en el noroeste, el 11,45% en el Mediterráneo y el 19,31% en las comunidades interiores.

Evolución Positiva y Retos Pendientes

En resumen, los datos de 2024 muestran una evolución positiva en la lucha contra los incendios forestales en España, con una disminución significativa tanto en el número de hectáreas quemadas como en la cantidad de grandes incendios. Sin embargo, aún existen retos pendientes, especialmente en aquellas regiones más afectadas, como el noroeste del país, donde se concentra la mayor parte de la superficie forestal dañada.

Es fundamental que las administraciones públicas y la sociedad en su conjunto sigan trabajando de manera coordinada y eficaz para prevenir y mitigar los incendios forestales, especialmente en un contexto de cambio climático que exige medidas decisivas y a largo plazo. Solo así podremos garantizar la protección de nuestros valiosos ecosistemas forestales y minimizar los impactos de este fenómeno.