La gobernación de Estambul ha anunciado la prohibición de la 22ª Marcha del Orgullo y ha dispuesto el cierre del centro de la ciudad para evitar la reunión de lo que calificó como «grupos ilegales». La decisión fue tomada por la oficina del gobernador Davut Gül, un funcionario designado por el gobierno conservador islamista de Turquía y no electo por el pueblo.
A pesar de la convocatoria de grupos de derechos LGBTI para realizar una marcha no autorizada en la principal ciudad del país, las autoridades cerraron los alrededores de la céntrica plaza de Taksim al tráfico. La policía estableció controles estrictos incluso para los peatones y levantó barreras para evitar concentraciones en el área.
Manifestaciones en Estambul
Sin importar la prohibición, cientos de personas se congregaron en la parte asiática de Estambul. Según el diario liberal Cumhuriyet, la policía detuvo a quince manifestantes.
Aunque las relaciones homosexuales no están prohibidas en Turquía, el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan ha intentado impedir el desfile anual del Orgullo durante años, resultando en decenas de detenciones en marchas no autorizadas en ediciones anteriores.
El Comité de la Semana del Orgullo emitió una serie de recomendaciones en sus redes sociales para aquellos que deseaban participar en la marcha a pesar de la prohibición.
Instaron a los participantes a llevar documentos de identidad, papel y bolígrafo para documentar cualquier proceso de detención, y teléfonos móviles para registrar posibles violaciones de derechos.
La prohibición de la marcha y el cierre del centro de Estambul se producen en un contexto de creciente represión contra la comunidad LGBTQI en Turquía. Aunque el país no prohíbe las relaciones homosexuales, las autoridades han adoptado una postura cada vez más restrictiva hacia las manifestaciones públicas de esta comunidad.
La comunidad LGBTQI de Estambul, junto con sus aliados, continúa enfrentando desafíos significativos en su lucha por la igualdad y el reconocimiento de sus derechos. La prohibición de la marcha es vista por muchos como un intento más del gobierno de Erdogan de silenciar a esta comunidad y de restringir su visibilidad en la sociedad turca.
