La persistente inflación de los servicios y el desempleo en mínimos récord paralizan al BCE ante la subida de tipos en julio

La inflación en la zona euro ha experimentado una ligera moderación en el mes de junio, con una tasa general del 2,5%, frente al 2,6% de mayo. Sin embargo, la inflación de los servicios se mantuvo muy por encima de lo deseado, con una lectura del 4,1%, lo que, sumado a una tasa de paro en mínimos históricos en la eurozona, dejaría sin margen al Banco Central Europeo (BCE) para recortar los tipos en julio.

La oficina comunitaria de estadística ha publicado su primera estimación del dato de inflación interanual para el mes de junio, con una lectura provisional del 2,5%, una décima por debajo de la subida de los precios observada en mayo. Esta moderación se ha reflejado en el alza del 0,2% del coste de la energía, tras la subida del 0,3% interanual en mayo, mientras que los alimentos frescos subieron un 1,4% anual, cuatro décimas menos que el mes anterior.

La Inflación de Servicios, Preocupación Clave del BCE

A pesar de la caída de la inflación general, la inflación de servicios persistentemente alta «causará dolores de cabeza al BCE», por lo que, junto a la preocupación por un crecimiento salarial rígido, «apuntan a que no habrá recortes de tasas en la reunión de julio». Según los expertos, la incertidumbre en torno a la inflación de los servicios sigue siendo la barrera más importante para que se materialicen nuevas bajadas del precio del dinero.

En este sentido, si bien los datos prospectivos sugieren cierta moderación de la inflación de los servicios y del crecimiento de los salarios, dada la fortaleza del mercado laboral y una economía en cierta mejor forma que el año pasado, «el BCE puede permitirse el lujo de esperar a tener más pruebas de que se están calmando las presiones inflacionarias antes de actuar de nuevo» y el verano «será relativamente aburrido».

El Bajo Nivel de Paro, Clave para la Política Monetaria del BCE

Eurostat también ha publicado este martes que la tasa de paro de la eurozona se mantuvo en mayo en el 6,4%, en línea con el dato de abril y mínimo desde 1999, comienzo de la serie histórica, mientras que en el conjunto de la UE el desempleo se mantuvo estable por tercer mes consecutivo en el 6%, repitiendo así su mínimo de siempre, lo que daría margen al BCE para abordar con calma la reversión de su política monetaria.

En este sentido, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, dejaba claro en Sintra (Portugal) que la fortaleza del mercado laboral permite a la institución tomarse tiempo para recopilar nueva información. Asimismo, el economista jefe del BCE, Philip Lane, también consideraba hoy que el bajo nivel de desempleo en la zona euro permite a la entidad tomarse el tiempo necesario para confirmar que los riesgos al alza para las presiones inflacionistas están verdaderamente contenidos.

Un Escenario Favorable para una Política Monetaria Cautelosa

La lectura de mayo de la tasa de desempleo de la eurozona se ha situado un punto porcentual por debajo del nivel previo a la pandemia, ya que en febrero de 2020 el desempleo entre los países del euro era del 7,4%. Según los expertos, esta fortaleza del mercado laboral permite al BCE «simplemente esperar a recibir datos sobre salarios, inflación y crecimiento», además de poder ver también cómo se desarrolla la agitación del mercado en torno a las elecciones francesas.

De este modo, el BCE puede permitirse el lujo de no llevar a cabo otro recorte de tipos basándose en una lectura demasiado alta de la inflación básica y la fortaleza del mercado laboral. Los expertos apuestan por que la entidad «en septiembre, cuando haya más datos disponibles, debatirá seriamente un segundo recorte de tipos».