Luis ‘Alvise’ Pérez se ha convertido en el oscuro objeto de deseo del PSOE. La intención de los socialistas encabezados por Pedro Sánchez es colocar al líder de la ‘coalición de electores Se acabó la fiesta’ en las principales tertulias radiofónicas y televisivas con el objetivo de darle la mayor visibilidad posible y fragmentar así al centroderecha, conformado en este momento por PP y Vox.
En esta estrategia, el PSOE parte de la base que el partido de Alvise Pérez se nutre de las filas ‘populares’ y conservadoras de PP y Vox, al menos es lo que trata de dar a entender al público al juntar a las tres formaciones bajo el mismo paraguas. Pero es una lectura errónea y equivocada. Alvise no se nutre de votantes de estas dos formaciones -las dos han aumentado en votos y escaños en las europeas-.
El PP sacó 1,5 millones de votos más respecto al 2019, hasta rozar los seis millones, y 22 escaños, un 70% más respecto a los 13 asientos cosechados hace cinco años. Vox, por su parte, se alza con seis sillas en la Eurocámara y 280.000 votos adicionales más, hasta los 1,6 millones de papeletas. Con todo, Alvise Pérez obtuvo más de 800.000 votos y tres escaños, siendo la sexta fuerza en España, pero empatado en asientos con Sumar y la coalición de EH Bildu y ERC.
Los socialistas empujan a Alvise Pérez al «otro bando» al señalarle como uno más del «fango» y del «bulo», más tras una sentencia que no ha sentado bien al líder de ‘Se acabó la fiesta’ y por la que tendrá que indemnizar con 7.000 euros a la periodista Ana Pastor. No obstante, la errónea estrategia pone de manifiesto una maquinaria sin igual. El primer medio que entrevista a Alvise es El País, pero la publica días después.
ALVISE Y EL RECELO A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La desesperación de Alvise al ver que la entrevista no se publica se manifiesta con amenazas de hacerla pública en un plazo de 48 horas. El mismo día que el diario de Prisa sale con el escrito, el «analista» la facilitó en vídeo íntegro a sus seguidores, sin cortes. Para poder entrevistarle, el líder de SALF exige grabarla con su propio equipo con el fin de evitar manipulaciones. Según El País, Alvise se comprometió a hacerla pública únicamente en el caso de que hubiera alguna manipulación.
Para El País, «se enmarca en uno de los debates más vivos del periodismo, que versa sobre cómo enfrentarse a la mentira y a los activistas del bulo que pretenden socavar la democracia, en un momento de auge de la extrema derecha». Todo con el fin de «recibir información rigurosa sin caer en la manipulación de quienes deforman los hechos y los datos para armar un relato tramposo a su favor. Sobre la vigencia de las herramientas del periodismo de calidad».
Con todo, desde el bloque del PSOE y Sumar tratan de identificar a Alvise Pérez como un «monstruo» creado por el PP, especialmente por Isabel Díaz Ayuso. La izquierda señala a la presidenta de la Comunidad de Madrid como fuente de todos los males del mundo y poco les falta para culparle también de la invasión de Rusia a Ucrania o de la guerra de Israel contra Hamás en Gaza, una batalla iniciada por un vil y cobarde ataque terrorista.
Ni mucho menos Alvise nace como una estructura del PP ni con los votantes o simpatizantes de los ‘populares’, como tampoco de Vox, pero el ‘divide y vencerás’ es la premisa en la que se basa el PSOE para evitar descubrir sus propias debilidades. El bloque ‘progresista’ está roto por los cuatro costados. Los socios de Pedro Sánchez se dividen.
ALVISE PÉREZ Y LA ESTRATEGIA DE ENGLOBARLO EN LA EXTREMA DERECHA
ERC se debate internamente entre la repetición electoral en Cataluña o la coalición con el PSC y los Comuns; en Sumar, las cosas no andan absolutamente nada bien, con la formación descabezada y una Yolanda Díaz fuera de la cúpula tras las continuas debacles electorales, a lo que se une una enemistad manifiesta con Podemos, vencedor moral en las europeas dentro de la izquierda.
El resto de partidos de la coalición fucsia ha marcado distancias y piden una mayor autonomía. Junts, por su parte, está a un paso de retirar el apoyo a Pedro Sánchez en el Congreso si Salvador Illa insiste en no dejar gobernar a Carles Puigdemont en Cataluña. El PNV se ha visto superado por Bildu y ha tenido que pactar por primera vez con el PSE para poder gobernar en coalición y de tú a tú. Y el BNG apenas cuenta ya para el PSOE, pese a ser segunda fuerza en Galicia.
Por este motivo, «se necesita dividir a la derecha», apuntan fuentes socialistas a MONCLOA. Y harán lo que sea necesario. Tal es el afán de encumbrar al líder de SALF que hasta el CIS comienza a realizar sus encuestas teniendo en cuenta a la formación de las ‘ardillas enmascaradas’. Eso sí, con una representación muy inferior a la obtenida en las europeas. Para las generales, los españoles suelen votar a formaciones divertidas, curiosas y polémicas. Se vio con José María Ruiz-Mateos y Alvise Pérez puede recoger el testigo. Eso sí, ni mucho menos se le puede considerar de extrema derecha, como pregona el PSOE.
EL CIS REBAJA LA EXPECTATIVA A ALVISE, PERO LOS MICRODATOS DAN OTRA VERSIÓN
El votante de Alvise Pérez está cabreado y enfadado con el sistema, al que considera un nido de corrupción. Pone todo en duda, incluso con pruebas, para mantener un relato distinto y contrario en ocasiones a la versión oficial, adicto a la teoría de la conspiración, a las publicaciones polémicas y a las fotos que no dejan indiferente a nadie. A Alvise se le ha acusado, incluso, de apropiarse de exclusivas de otros medios para alimentar a sus seguidores y se vende como uno de los primeros denunciantes del caso Ábalos y caso Koldo.
Su votante procede en su inmensa mayoría de la abstención, de todos los partidos e incluido el PSOE, que ha perdido dos millones de votos en los últimos comicios europeos. Es un voto que pone en duda toda versión oficial, que busca gestión y eliminar la corrupción, con el caso Begoña Gómez y el caso Koldo como dos de sus principales caballos de batalla.
A la estrategia de empujar a Alvise Pérez también se ha sumado el CIS del sancionado José Félix Tezanos. Se Acabó la Fiesta hizo su estreno en un barómetro sobre las elecciones generales del CIS el pasado 20 de junio, casi dos semanas después de la celebración de las elecciones europeas. El instituto público rebajó las expectativas al 1,1% en intención directa de voto, pero los microdatos apuntaron a un nada desdeñable 1,5%, pero es apenas un tercio de lo obtenido en las elecciones al Parlamento Europeo, cuando la coalición obtuvo el 4,59% de los votos.
