La Iglesia es llamada a ser un lugar de acogida y apertura, donde todos puedan encontrar un hogar espiritual y experimentar el amor de Dios. En su reciente homilía, el Papa Francisco resaltó la importancia de que las comunidades eclesiales sean de puertas abiertas, evitando permanecer cerradas y aprendiendo a abrirse al mundo.
El Pontífice instó a los sacerdotes a abrazar una espiritualidad que vaya más allá de lo intimista o consoladora, y que en su lugar encienda el celo por la evangelización. Según el Papa, la verdadera espiritualidad nace del encuentro con el Señor y debe traducirse en un compromiso por llegar a todos con la esperanza del Evangelio.
La Iglesia de Puertas Abiertas
El Jubileo será un momento especial para que la Iglesia abra la Puerta Santa, permitiendo que todos puedan experimentar el amor de Dios y renovar su alegría. Francisco señaló que, al igual que en la historia de Pedro y Pablo, la Iglesia debe meditar sobre las puertas que se abren para la evangelización.
En este sentido, el Papa hizo un llamado a los arzobispos metropolitanos recién consagrados, instándolos a ser pastores celosos que abran las puertas del Evangelio y contribuyan a construir una Iglesia y una sociedad de puertas abiertas. Esto implica estar en comunión con Pedro y seguir el ejemplo de Cristo, quien es la puerta de las ovejas.
Una Espiritualidad Orientada a la Evangelización
Francisco advirtió contra una espiritualidad sólo intimista o consoladora, como la que presentan algunos movimientos de la Iglesia o una espiritualidad de salón. En su lugar, propuso una espiritualidad que nazca del encuentro con el Señor y encienda en la propia vida el celo por la evangelización.
Esta espiritualidad evangélica debe llevar a los fieles a experimentar la alegría de encontrarse con sus hermanos y hermanas de las comunidades incipientes, para así poder llevar a todos la esperanza del Evangelio. Solo de esta manera, la Iglesia podrá cumplir su misión de ser un lugar de acogida y apertura para toda la humanidad.