Pablo Iglesias sofoca el Canal Red para evitar que arda Podemos

Podemos ha entrado sonriente en el verano de 2024 gracias a su 2 eurodiputados y los 4 escaños en el Congreso que le otorgan un extraordinario peso estratégico. Los morados, en las próximas fechas, intentarán aprovechar la crisis desatada en Sumar para recuperar el impulso perdido.

La fuerza de Irene Montero, el fin de las guerras en diversas regiones, la movilización de las bases y la ayuda del Canal Red de Pablo Iglesias inyectan energía en la formación que lidera la exministra Ione Belarra.

El Canal Red fue puesto en marcha hace 15 meses por Iglesias, que ha tenido que salir al quite frente a los que insinúan que no ha dado el papel que merecía a una de sus estrellas, el ahora defenestrado Sergio Gregori.

El expresentador de la tertulia ‘El Tablero’ ha sido criticado en la red social X por 3 ‘pablistas’: Javier Gómez-Pintado (pareja de Dina Bousselham, que condujo el citado espacio de debate tras la caída de Gregori), el exdiputado Pedro Honrubia y el activista Raúl Sánchez Cedillo.

IGLESIAS SALE AL QUITE

Lamenta Pablo Iglesias que muchas voces progresistas hayan criticado que los programas principales de Canal Red «tuvieran una línea político-editorial definida», señala en alusión a que el proyecto se haya convertido en una televisión de partido en vez de cabida en su línea editorial a otras voces de izquierdas.

«No dependemos ni obedecemos orgánicamente ante nadie, pero siempre hemos dejado claras nuestras afinidades en España y en América Latina y siempre hemos pensado que todos los medios progresistas tienen afinidades políticas definidas, aunque no entendamos que algunos las pretendan enmascarar continuamente», señala el exvicepresidente.

Y añade previsiblemente contra los defensores de Gregori: «Hoy nos acusan de lanzar a acosadores contra nuestra propia gente. Lo digo muy claro, cualquiera que menosprecie o insulte a Irene Zugasti o a Beatriz Gimeno, nos va a tener en frente, por mucho que pretenda ser más papista que el Papa».

Iglesias
Monedero.

«En estos días ha habido compañeros y compañeras que se han sentido dolidos, pero no tanto por haber recibido insultos en las redes provenientes de cuentas supuestamente afines, sino porque los odiadores habituales de Canal Red han pretendido usarlas, una vez más, para atacar y hacer daño al proyecto. Somos un equipo y no solamente nos unen ya afinidades políticas e ideológicas, también nos une más de un año de trabajo colectivo», añade.

Más indulgente fue Iglesias con su amigo Juan Carlos Monedero, que en enero se marchó del Canal Red después de que el exvicepresidente le afease que su formato ‘En la frontera’ no se ajustaba a la línea editorial propuesta por la cúpula de Podemos.

Monedero se explicó: «Los responsables del Canal quieren reforzar su línea ideológica y es evidente que mis desobedientes gafas de Lennon desenfocan en ese objetivo. Pablo y yo hemos hablado de logros, amistad, desencuentros. Y listo. No es fácil pelear desde la izquierda que molesta», señaló Monedero. El politólogo aseguró que «más allá de desencuentros» quería darle «prioridad a la amistad con alguien a quien conozco desde sus tiempos de estudiante, a quien admiro y a quien quiero. La amistad, como la amabilidad y la generosidad, tienen estas cosas».

«Le deseo a Pablo y al Canal Red, con el que he colaborado con todo lo que estaba en mi mano desde mucho antes de que arrancara, el mejor de los vientos. Igual que a toda la entregada gente que trabaja ahí y me han obsequiado con su amistad, a los suscriptores y a quienes lo siguen fielmente, en un panorama mediático español donde, aunque sea burdo van con ello, donde se jactan de matarnos, donde los periodistas corruptos y las cloacas policiales hozan en la misma pocilga».

Iglesias, por aquel entonces, le devolvió el capote: «Gracias por todo, amigo. Nos encontraremos, como tantas otras veces».

CATALUÑA, PRESUPUESTOS, COALICIONES…

Podemos ha apostado por seguir su camino en solitario en vez de acercarse a Izquierda Unida, que ha mostrado su disconformidad con la línea personalista y escasamente democrática impuesta a nivel interno por la vicepresidenta Yolanda Díaz.

Los morados previsiblemente se presentarán a las elecciones catalanas si hay repetición, barajan qué papel asumir de cara a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado en 2025 y, a excepción a su afinidad con Alianza Verde, descartan conformar otras coaliciones que puedan generarle problemas internos.