Los muslitos de pollo al «estilo abuela» son una receta que combina sencillez y sabor de una manera magistral. El primer paso de esta deliciosa preparación es dorar los muslos de pollo en una cazuela con un buen chorro de aceite de oliva. Este proceso inicial es crucial para que la carne adquiera ese tono dorado que le da un aspecto apetitoso y una textura exterior crujiente. Marcar el pollo es el primer secreto de esta receta que nos transporta a los sabores tradicionales de la cocina de nuestras abuelas.
Una vez dorados los muslitos, el siguiente paso es sofritar en la misma cazuela cebolla, pimiento rojo y pimiento verde. La cantidad de estos ingredientes puede variar según el gusto personal, pero en la receta original se recomienda usar media cebolla y medio pimiento de cada color. Estos vegetales aportan un sabor y aroma característicos que enriquecen el plato. Además, añadir una buena cantidad de estos ingredientes asegura un caldo generoso y sabroso, lo que es fundamental para la salsa final.
La clave de estos muslitos de pollo
El siguiente componente clave de estos muslitos de pollo es el ajo rallado y el tomate pelado y troceado en cubitos. Añadir dos ajos y un tomate mediano-pequeño le da al guiso una base de sabor inigualable. Estos ingredientes se mezclan con el sofrito y, seguidamente, se añade un chorro de vino blanco. Subir el fuego a tope en este momento es importante para que el alcohol del vino se evapore rápidamente, dejando solo su esencia y enriqueciendo aún más el sabor del plato.
El gesto esencial en esta receta reside en la elección del líquido con el que se va a cocinar el pollo. Aunque se puede usar agua, es altamente recomendable utilizar caldo de pollo o caldo de carne, ya que estos aportan una profundidad de sabor mucho mayor. Tras cubrir los muslitos de pollo con el caldo elegido, se añaden dos hojas de laurel y se tapa la cazuela para dejar cocinar a fuego mínimo durante unos 20 a 25 minutos. Este tiempo permite que el pollo se cocine lentamente, absorbiendo todos los sabores de los ingredientes.
Últimos detalles y servir
El toque final para lograr el plato perfecto es retirar los muslitos y las hojas de laurel y pasar la salsa por la batidora. Este paso no solo homogeneiza la textura de la salsa, sino que también concentra los sabores. Después de batir, es recomendable dejar reducir la salsa durante unos diez minutos adicionales para que espese. Este proceso de reducción intensifica el sabor y la textura, convirtiendo la salsa en el complemento perfecto para los muslitos de pollo.
Un último detalle que no se puede pasar por alto es el acompañamiento perfecto para estos muslitos de pollo. Las patatas fritas caseras, el arroz blanco o incluso un puré de patatas suave son opciones excelentes que complementan perfectamente la riqueza de la salsa. Además, si se desea, se puede añadir un toque de perejil fresco picado justo antes de servir, lo que no solo aporta un toque de color, sino también un sabor fresco y aromático que eleva aún más este plato casero y tradicional. Con estos pequeños detalles, cada bocado se convierte en una experiencia culinaria memorable.