FMI urge a EE.UU. a disminuir deuda con subida de impuestos y reducción del gasto

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado a Estados Unidos a esforzarse en cuadrar sus cuentas públicas, señalando que los elevados niveles de déficit y deuda crean un riesgo creciente para la economía estadounidense y mundial. Por lo tanto, deben abordarse con urgencia mediante medidas de consolidación, incluyendo subidas de impuestos y ajustes del gasto.

Según el informe anual ‘Artículo IV’ sobre la economía de Estados Unidos, el FMI ha revisado una décima a la baja su pronóstico de crecimiento del PIB para este año, hasta el 2,6%, mientras que ha mantenido la previsión de abril de una expansión del 1,9% en 2025. No obstante, la misión del FMI advierte de que el déficit fiscal «es demasiado grande», lo que crea una trayectoria ascendente sostenida de la relación deuda pública-PIB, lo que apunta a que el déficit y la deuda se mantendrán muy por encima de las previsiones previas a la pandemia a medio plazo.

Opciones para la Consolidación Fiscal

El FMI considera que los déficits fiscales crónicos representan un desajuste político significativo y persistente «que debe abordarse con urgencia» y sostiene que, para situar la relación deuda-PIB en una clara trayectoria descendente, será necesario un ajuste fiscal anticipado.

En este sentido, el FMI plantea opciones impositivas y de gasto para lograr este ajuste en el medio plazo, aunque subraya que las medidas tendrán que ir más allá de encontrar eficiencias en el gasto federal discrecional no relacionado con la defensa y las autoridades tendrán que considerar cuidadosamente aumentar los impuestos indirectos, así como aumentar progresivamente los impuestos sobre la renta, eliminar una serie de gastos tributarios y reformar los programas de prestaciones sociales.

Reformas Pendientes en el Sistema Financiero

Además, el FMI echa de menos acciones concretas para mitigar las vulnerabilidades del sistema bancario que salieron a la luz en 2023, incluyendo fallas en la supervisión bancaria, la gran proporción de depósitos no asegurados y los riesgos creados por la ‘adaptación’ regulatoria que se llevó a cabo en 2018.

Por lo tanto, para la institución es necesario implementar plenamente los componentes finales del acuerdo de Basilea III, aplicar requisitos regulatorios similares a todos los bancos con al menos 100.000 millones de dólares en activos, así como fortalecer aún más la supervisión y las prácticas de supervisión, reexaminar la cobertura del seguro de depósitos, y recalibrar los requisitos de liquidez de los bancos. Además, también existe una necesidad continua de aumentar la resiliencia de las compañías hipotecarias no bancarias, dado su papel fundamental en el servicio de una proporción considerable de las hipotecas estadounidenses.