El Papa Francisco advierte que Tierra Santa está perdiendo población cristiana y reclama un «cese al fuego»

La Tierra Santa, cuna de la fe cristiana, se enfrenta a una situación preocupante según las recientes declaraciones del Papa Francisco. En su audiencia a los participantes de la 97ª Asamblea Plenaria de la Reunión de Obras de Ayuda a la Iglesia en Oriente (R.O.A.C.O), el Pontífice ha alertado sobre el despoblamiento de cristianos en esta región, una consecuencia devastadora de los conflictos que asolan la zona.

El Papa ha expresado su profunda preocupación por este fenómeno, señalando que «esa tierra se esté despoblando de cristianos» debido a la guerra que hace estragos «de manera atroz». Esta realidad que afecta a las Iglesias Orientales, a las que ha calificado como «Iglesias de mártires», es una dolorosa consecuencia de los conflictos que asolan la región.

La Urgente Necesidad de un Alto el Fuego y el Diálogo

Ante este escenario angustiante, el Papa Francisco ha hecho un llamamiento urgente a detener la violencia y a encontrar el camino del diálogo y la convivencia entre los diferentes pueblos de la región. Ha reclamado un «alto el fuego» en la Franja de Gaza, enfatizando que «la violencia nunca traerá la paz«.

El Pontífice ha sido contundente en su mensaje, señalando que la guerra es una «aventura sin sentido e inconclusa» en la que «nadie será vencedor«. Ha instado a escuchar a la sociedad civil, «cansada de retóricas belicosas» y a que los líderes se sienten a una mesa para encontrar mediaciones y favorecer soluciones.

El Llamado a Sostener a los Cristianos en Oriente Próximo

Además de su llamado a la paz, el Papa Francisco ha expresado su preocupación por el futuro de los cristianos en Oriente Próximo. Ha instado a las Iglesias Orientales a animar a los cristianos de la región a ser más fuertes que la tentación de abandonar sus tierras devastadas por el conflicto.

El Pontífice ha lamentado el dolor que causa la guerra en los lugares donde se promulgó el Evangelio de la paz, y ha señalado que las Iglesias orientales viven «aplastadas por una pesada cruz», pues están «heridas y sangrando por los conflictos y la violencia que sufren«.

En resumen, el Papa Francisco ha elevado su voz en defensa de la paz y la protección de los cristianos en la Tierra Santa, consciente de la urgencia de detener la violencia y promover el diálogo como único camino para alcanzar una solución duradera a los conflictos que azotan la región.