Juan Carlos I, el rey emérito, parece estar dispuesto a cualquier cosa con tal de influir en la situación de la familia real, pero se aseguraría de no hacer nada que pueda causar daño a Felipe VI, Leonor y Sofía. Su astucia y precaución muestran que, aunque podría tener motivos para entorpecer el reinado de Letizia, no está dispuesto a arrastrar a sus seres queridos en el proceso. Cualquier intento de venganza contra la reina tendrá que encontrar otros caminos, ya que Juan Carlos I no va a dejar que sus acciones afecten negativamente a la familia.
1Juan Carlos no pierde oportunidad de ver a su hija Elena y a sus nietos
A pesar de vivir en el exilio desde hace cuatro años, las visitas de Juan Carlos a España se han vuelto cada vez más frecuentes. El objetivo es que su presencia en el país pase desapercibida y sin la constante atención de la prensa, como ha sucedido en sus últimas apariciones.
En sus viajes, se reúne de forma privada con sus familiares. La infanta Elena, una de sus hijas más cercanas, lo visita regularmente en Sanxenxo y lo acompaña en las regatas. Además, aprovecha estas visitas para ver a su nieto Froilán, quien siempre viaja en el avión privado del emérito, a pesar de tener sus propios planes. Victoria Federica, otra de sus nietas y una figura muy importante en su vida, tampoco pierde oportunidad de encontrarse con su abuelo.