Mark Rutte será el próximo jefe de la OTAN

El primer ministro saliente de Países Bajos, Mark Rutte, se perfila como el próximo secretario general de la OTAN después de que el presidente rumano, Klaus Iohannis, retirara su candidatura este jueves.

La decisión de Iohannis de abandonar la contienda fue comunicada a los líderes de la OTAN, quienes ahora respaldan unánimemente a Rutte para ocupar el cargo. La formalización de su designación se espera antes de la cumbre de la alianza militar programada para julio en Washington.

Mark Rutte

Mark Rutte, de 57 años y actual primer ministro interino de Países Bajos, dejará su puesto una vez se forme un nuevo gobierno de coalición en su país. Reconocido por su vasta experiencia en la política europea, Rutte ha asegurado el respaldo de importantes países miembros de la OTAN como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania.

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Candidatura de Mark Rutte

Inicialmente, su candidatura enfrentó resistencias, especialmente de Turquía, otro actor clave en la OTAN. Sin embargo, Rutte logró mitigar estas preocupaciones durante un reciente viaje a Estambul, donde pudo resolver los desafíos diplomáticos existentes entre Países Bajos y Turquía desde 2018.

La retirada de Iohannis elimina el último obstáculo significativo en el camino de Rutte hacia el liderazgo de la OTAN. Durante una reunión informal de líderes de la UE en Bruselas esta semana, Rutte también ganó el apoyo del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán.

El próximo secretario general de la OTAN asumirá su cargo el 1 de octubre, sucediendo al noruego Jens Stoltenberg, quien ha liderado la alianza militar desde 2014. Rutte enfrentará una serie de desafíos cruciales, incluyendo la gestión de las relaciones con Ucrania en medio del conflicto con Rusia y las tensiones internas en la alianza, particularmente ante las elecciones presidenciales estadounidenses programadas para noviembre.

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La OTAN, bajo la dirección de Rutte, deberá enfrentar la presión de mantener su apoyo logístico a Ucrania y la necesidad de fortalecer el gasto en defensa entre los países miembros, un tema crítico para la estabilidad y seguridad en la región.