Francisco Infante aboga por una «buena pedagogía digital» para proteger los datos

En la actualidad, vivimos inmersos en una sociedad digital donde los datos personales que proporcionamos de manera inconsciente en la mayoría de los casos tienen un indudable valor económico. El catedrático de Derecho Civil, Francisco Infante, ha señalado que este es el primer desafío al que se enfrentan los consumidores y usuarios en la sociedad actual.

Infante, quien dirige el taller «Protección de datos y consumidores, una historia interminable» en los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona, ha defendido que todo dato personal debe ser protegido, especialmente los considerados «datos sensibles«. Además, ha advertido de que el marketing y la publicidad actuales «se adelantan a nuestros deseos antes de que los sintamos» gracias al nivel de sofisticación de la ingeniería de datos, donde «las implicaciones éticas son numerosas y las posibles consecuencias, aterradoras».

El papel de las autoridades en la protección de datos personales

El catedrático ha expuesto durante los Cursos de Verano la falta de contundencia y agilidad en la respuesta de las autoridades ante las denuncias por incumplimiento de las empresas en asuntos de protección de datos personales. Por ello, ha abogado por un mayor esfuerzo de las autoridades en la realización de una «pedagogía digital» y ha asegurado que la información que se requiere a las empresas sobre el uso que hacen de los datos personales sea «mucho más exigente y transparente«, garantizando la proporcionalidad de éstos con el servicio contratado.

Recomendaciones para los consumidores y usuarios

Según Infante, la política empresarial de tratamiento de datos debe ser «protectora de la intimidad desde el diseño hasta su ejecución», además de «clara, inteligible y concisa«, de manera que el consumidor o usuario pueda conocer en todo momento el destino de sus datos y si serán cedidos a terceros. Por eso, ha aconsejado que «ante la más mínima duda sobre el destino y uso de nuestros datos personales, no los facilitemos».

En el caso de los menores de edad, el director académico del taller ha alertado de que pueden verse «especialmente desprotegidos«, por lo que recomienda la aplicación de controles parentales en los dispositivos electrónicos y una actuación proactiva de progenitores o tutores. Asimismo, ante la más mínima sospecha de una utilización ilícita de los datos personales del menor, «hay que ponerla de forma inmediata en conocimiento de las autoridades competentes».