El PSOE abre su guerra interna ante el pago a Junts y ERC por los apoyos en el Congreso de los Diputados para mantener a salvo la legislatura. La financiación singular, llamada hasta ahora «pacto fiscal» por la extinguida CiU, se pactará con los independentistas a pesar de las desigualdades generadas entre las Comunidades Autónomas. No obstante, la negociación se está haciendo ya de forma bilateral, entre el Gobierno y un partido político en funciones en la Generalitat, pero no con el presidente de Cataluña, Pere Aragonès.
Por primera vez desde la entrada en vigor de la Constitución, el PSOE se muestra dispuesto a aceptar este pago, una financiación para Cataluña creada a imagen y semejanza del País Vasco, un concierto catalán que exigían con ahínco empresarios y políticos nacionalistas desde la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía, cercenado por el Tribunal Constitucional en 2010.
Hasta ahora, el PSOE había abierto la puerta al debate, a conocer la reivindicación, pero nunca a aceptarla. El propio Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido hace cinco años, aceptó llamarlo «pacto fiscal», los mismos términos que utilizó Artur Mas en 2012 antes de iniciar su viaje a Ítaca con rumbo a ninguna parte, más allá de los Juzgados que le condenaron a pagar más de 5,2 millones de euros por el referéndum ilegal del 9 de noviembre de 2014. En aquellos años gobernaba Mariano Rajoy, que encontró a Rubalcaba entre sus aliados para frenar al nacionalismo heredero de Jordi Pujol.
EL PAPEL CLAVE DE RUBALCABA Y LAS CRÍTICAS DEL PSOE
Los críticos socialistas están mostrando en Ferraz su disconformidad con esta medida «que genera serios desequilibrios» y lo que es peor «se está negociando sin consenso en el seno del partido», apuntan voces disonantes con los planes de Pedro Sánchez y Félix Bolaños. El ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes pilota las conversaciones con ERC y no se descarta incluso que sea también la voz ante Junts en caso del rechazo rotundo de los republicanos a los socialistas.
Las conversaciones entre Ferraz, el sur de Francia y Barcelona se suceden con el mismo objetivo secundario, pero con fines primarios diferentes. Por un lado, ERC busca apoyar a Salvador Illa si este le ofrece todas las garantías para celebrar una consulta pactada y la financiación singular, mientras que con Junts sería la llave para desbloquear los Presupuestos de 2025 y esquivar así el adelanto electoral en La Moncloa. Y es que, el próximo año el BCE y Bruselas exigirán el cumplimiento de las reglas del gasto y el déficit, una situación que España cumplirá con subidas de impuestos, pero deberá tener preparadas las cuentas públicas para entonces.
Los críticos señalan que será difícil vender ahora en sus propias Comunidades Autónomas un trato especial y diferencial en Cataluña por ser la tercera que más aporta y la décima en recibir recursos. «Madrid es la primera y la última», destacan. «Baleares tampoco está entre las mejor financiadas pese a ser la segunda», ahondan. «Ni Zapatero se atrevió a tanto con la financiación autonómica, no les dio el pacto fiscal que ahora dice defender. Eso sí, entregó más inversiones a Cataluña que al resto», indican.
NI ZAPATERO SE ATREVIÓ A TANTO
Este cálculo, además, también pone de manifiesto la extensa hemeroteca socialista sobre la financiación autonómica. «Rubalcaba sí estaba dispuesto a debatirlo, pero su solución pasaba única y exclusivamente por el consenso con el Estado y el resto de Comunidades Autónomas», apuntan las mismas fuentes. «Jugar a otra cosa es generar tensiones, aceptar el relato independentista y apagar el incendio que vendría de Andalucía, Extremadura, Valencia y Castilla-La Mancha», apuntan. Aragón también pone el grito en el cielo por este nuevo pago por los siete votos de Junts.
«Rubalcaba tuvo sus luces y sombras, pero era un hombre con sentido de Estado, incapaz de anteponer los intereses del conjunto de los españoles a los de una Comunidad Autónoma. Menos a una Cataluña nacionalista y voraz, ávida en los pactos y sedienta en los privilegios», apuntan. De hecho, Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno y exlíder del PP, ha destacado el papel del fallecido exsecretario general del PSOE.
Rajoy aludió a una cuestión de plena actualidad, la financiación singular que el Gobierno planea conceder a Cataluña. El exjefe del Ejecutivo recordó que en 2012 el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, le pidió un pacto fiscal. Él se negó a concedérselo y en ese ‘no’ encontró el apoyo de quien en ese momento era secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Y subrayó que si finalmente se lleva a cabo como piden los independentistas, va a ser «tremendamente injusto»: «No hay españoles de peor condición que otros ni puede haberlos», aseveró Rajoy, que indicó que es un tema que preocupa mucho a muchos.
EL EXLÍDER DEL PSOE, UN REFERENTE
Rajoy se ha pronunciado sobre este asunto en la presentación del libro del exlíder de Alianza Popular, Hernández Mancha, quien desgrana los entresijos del PP durante su estancia en la formación.
Los críticos en Ferraz recuerdan, además, la fidelidad de Rubalcaba a los valores del PSOE. «Hay que llegar a consensos en los temas troncales con el PP. Los ciclos terminan acabándose y puede que el poder cambie de manos», recuerdan. Con Rubalcaba, Rajoy llegó a conseguir la abstención para gobernar ahora eso es impensable, comentan.
Así las cosas, el PSOE se prepara para reunirse con los barones del PP, como también con los suyos para tratar de imponer un relato insostenible. «Llegaron a decir que era inconstitucional», apuntan sobre la financiación singular que pretenden regalar a Cataluña. «Lo terminaremos pagando nosotros», finalizan.