Al menos 14 peregrinos jordanos fallecieron debido a la insolación durante su participación en la peregrinación a La Meca, en medio de una intensa ola de calor que alcanzó temperaturas de hasta 48 grados Celsius.
Además, 17 jordanos más están reportados como desaparecidos, según informó el domingo el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados de Jordania.
El embajador Sufyan al Qudah, director de Operaciones y Asuntos Consulares, declaró que el Ministerio está coordinando con las autoridades sauditas para los procedimientos de entierro de los fallecidos y para el traslado de los cuerpos de aquellos cuyos familiares desean repatriarlos a Jordania lo antes posible.
La búsqueda de los 17 peregrinos desaparecidos continúa. Al Qudah destacó que tanto los fallecidos como los desaparecidos no estaban registrados en la delegación oficial de Jordania que asistía al Hach este año.
La ola de calor, con temperaturas oscilando entre los 45 y 48 grados Celsius y altas tasas de humedad, ha presentado un reto significativo para la peregrinación hacia La Meca, uno de los cinco pilares del Islam, obligatorio para todos los musulmanes capaces de realizarlo.
1Camino a La Meca
El año pasado, más de 1,8 millones de fieles participaron en el Hach, enfrentando también temperaturas extremas que provocaron más de 8.000 casos de fatiga e insolación, según el Ministerio de Salud saudí.
La gran afluencia de peregrinos ha ocasionado en el pasado aglomeraciones mortales, como en 2006, cuando murieron 365 personas en una estampida.
Para prevenir tragedias similares, este año Arabia Saudí ha implementado tecnología avanzada en la gestión del evento de La Meca. Esto incluye el uso de robots inteligentes para guiar a los peregrinos y cámaras de reconocimiento facial para mejorar la seguridad y localizar a personas desaparecidas.
Los rituales de la peregrinación comenzaron el pasado viernes en Mina, un valle de aproximadamente 17 kilómetros cuadrados rodeado de montañas, donde las autoridades saudíes han instalado miles de tiendas de campaña ignífugas y acondicionadas para albergar a los peregrinos.
«Gracias a Dios, el proceso fue alegre y bueno», comentó Abdel-Moaty Abu Ghoneima, un peregrino egipcio. Durante su estancia en Mina, los peregrinos arrojarán piedras a tres pilares en un ritual que simboliza la expulsión del mal y el pecado.
