Page apoya la oferta de Ribera a los regantes de Murcia y critica las «chocotajadas»

El debate sobre la gestión del agua en España vuelve a estar en el punto de mira, especialmente en lo que respecta a las necesidades de la cuenca del Segura y su impacto en otras regiones como Castilla-La Mancha. En este contexto, la propuesta de la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, de subvencionar el agua desalada para los regantes de Murcia durante los próximos diez años, ha generado un intenso debate.

Esta propuesta plantea una solución a largo plazo para garantizar el acceso a este recurso vital, abordando al mismo tiempo las preocupaciones ambientales y económicas. La desalación, un proceso tecnológico que permite obtener agua dulce a partir del agua de mar, se posiciona como una alternativa viable y sostenible para satisfacer las necesidades hídricas de diversas regiones, especialmente en el contexto actual de cambio climático.

Ventajas de la Desalación: Una Fuente Inagotable de Recursos Hídricos

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha respaldado la propuesta de la ministra Ribera, calificándola de «razonable» y destacando su capacidad para satisfacer las demandas tanto de Castilla-La Mancha como del Levante. Su argumento se centra en la disponibilidad de una fuente «inagotable» de recursos hídricos como es el mar Mediterráneo.

Efectivamente, la desalación se presenta como una solución estratégica para regiones con estrés hídrico crónico, ofreciendo una fuente alternativa de agua que no depende de las precipitaciones o los caudales fluviales. Además, las tecnologías de desalación han experimentado avances significativos en las últimas décadas, optimizando los procesos y reduciendo considerablemente los costes, lo que las convierte en una opción cada vez más competitiva frente a otras alternativas.

Hacia un Modelo Hídrico Sostenible: Equilibrio entre Costes y Beneficios

Un aspecto crucial en el debate sobre la desalación es el coste asociado a esta tecnología. Si bien es cierto que la desalación requiere de una inversión inicial significativa para la construcción y el mantenimiento de las plantas, es importante considerar los beneficios a largo plazo que ofrece.

El presidente García-Page ha señalado que el precio del agua desalada en el Levante es inferior a su coste real, lo que podría generar desequilibrios económicos y dificultar la sostenibilidad del sistema. En este sentido, resulta fundamental establecer un marco tarifario justo que refleje los costes reales de producción y garantice la viabilidad económica de la desalación, al tiempo que se promueve un uso responsable y eficiente del agua por parte de todos los sectores. La búsqueda de un modelo hídrico sostenible pasa por encontrar un equilibrio entre las necesidades de las diferentes regiones, la protección del medio ambiente y la viabilidad económica de las soluciones propuestas.