Los líderes de la Unión Europea se reúnen en Bruselas este lunes con el objetivo de pactar la nueva cúpula de las instituciones europeas. Aunque se esperaba que el acuerdo se alcanzara a finales de mes, la cena informal de este lunes podría ser el escenario para un acuerdo político que confirme el reparto de los altos cargos.
Las quinielas apuntan a que la conservadora Ursula Von der Leyen continuará al frente de la Comisión Europea, con el exprimer ministro portugués António Costa, socialista, como nuevo presidente del Consejo Europeo, y la liberal Kaja Kallas, primera ministra de Estonia, asumiendo el cargo de alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en sustitución de Josep Borrell.
Los equilibrios geopolíticos, ideológicos y de género en juego
Este acuerdo, que podría sellarse en la cena informal, debe respetar un complejo equilibrio ideológico, geográfico y de género. La discusión llega abierta a la cita de este lunes, ya que se han evitado las negociaciones previas en foros como el reciente G7, para evitar que cualquier opción discutida sin la presencia de todos los implicados dificulte un acuerdo final.
Sin embargo, se sabe que ha habido contactos entre capitales para intercambiar impresiones y marcar prioridades. El hecho de que los gobiernos de Portugal y Estonia hayan mostrado públicamente su apoyo a sus respectivos candidatos, apunta a un acuerdo avanzado, ya que en el pasado, estos movimientos se han realizado de forma más discreta.
Nombramientos clave para el futuro de la UE
Además del reparto de los tres altos cargos, los líderes también deben incluir en el acuerdo la presidencia del Parlamento Europeo. Se espera que Roberta Metsola, del grupo popular, mantenga el cargo durante la primera mitad de la legislatura, pero su nombramiento debe ser ratificado por el pleno de la Eurocámara el 16 de julio en Estrasburgo (Francia).
Los nombramientos del presidente de la Comisión Europea, el presidente del Consejo Europeo y el Alto Representante de la UE son prerrogativa de los 27 estados miembros y requieren una mayoría cualificada en el Consejo para su aprobación. Esta mayoría reduce la capacidad de veto de gobiernos ultraconservadores como el de Viktor Orbán, quien ya ha mostrado su rechazo a la reelección de Von der Leyen.
El nombramiento de la jefa del Ejecutivo comunitario también deberá ser sometido al voto del Parlamento Europeo, probablemente en el pleno de julio si se llega a un acuerdo sólido para esa fecha.
El apoyo de los grupos políticos: un factor decisivo
Von der Leyen cuenta con el respaldo de su familia política, el PPE, pero también los Socialistas y Demócratas (S&D) y los Liberales (Renew) han dado señales de que le darán su apoyo para superar el escrutinio del Parlamento. Sin embargo, le han puesto como condición que no pacte con eurodiputados ultraconservadores ni de extrema derecha, es decir, ni con Identidad y Democracia (ID), liderado por la Agrupación Nacional de la francesa Marine Le Pen, ni con los Conservadores y Reformistas (ECR), que incluyen a Vox y a los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.
La arquitectura del nuevo Colegio de Comisarios: un escenario complejo
Los jefes de Estado y de Gobierno también aprovecharán la cena informal de este lunes para acotar la arquitectura del próximo Colegio de Comisarios, que si se cumplen las apuestas presidirá de nuevo Von der Leyen. El objetivo en esta ocasión no es poner nombre a cada cartera, sino marcar a Bruselas cuáles deben ser las prioridades de la próxima legislatura y apuntar las orientaciones para las vicepresidencias y competencias.
Le corresponderá al próximo jefe del Ejecutivo comunitario, que elijan los 27, definir el diseño interno de su Comisión. Sin embargo, cada familia política y gobierno buscará influir en su composición y agenda, lo que podría complicar las negociaciones.
La lucha por las carteras: una batalla por el poder
El Partido Popular Europeo (PPE) aspira a mantener a su candidata, Von der Leyen, al frente de la Comisión y a conservar vicepresidencias de peso como la económica, que ahora conduce el letón ‘popular’ Valdis Dombrovskis, o competencias relevantes como las políticas agrícolas.
Los socialistas europeos, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, como jefes negociadores, reclaman también carteras destacadas en el nuevo Ejecutivo. España puja para que Teresa Ribera lleve la agenda climática y energética de la nueva Comisión, pero los socialdemócratas europeos quieren colocar además a su candidato principal a las europeas, el luxemburgués Nicolas Schmit.
El Colegio de Comisarios cuenta con representantes de los 27 estados miembros y le corresponde a cada gobierno designar al candidato de su país. Por ello, para que Von der Leyen sea reelegida, necesita primero que el Gobierno progresista de Scholz designe a la ‘popular’ como candidata. Este movimiento hará perder a los socialistas un asiento en la Comisión Europea, pero su representación se reequilibrará si Schmit recibe una cartera relevante. De lo contrario, el Gobierno conservador luxemburgués barajará retirarle su apoyo y presentar otro candidato de su propia ideología.
La cena de los jefes de Estado y de Gobierno dará inicio en torno a las 19:00 horas del lunes con una primera parte en la que participarán también las presidentas de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo, Von der Leyen y Metsola. Más tarde, ambas deberán abandonar la sala para dejar a los líderes en solitario deliberar sobre el reparto para el que ambas son candidatas. Sin embargo, Kallas, en tanto que jefa de Gobierno, sí seguirá en la reunión.