Eleazar García Hernández falleció el domingo 8 de septiembre de 2019, hace ya casi cinco años tras acudir junto a su familia, su padre y su hermano, a ver un partido de la Selección Española en el estadio de fútbol de El Molinón (Gijón).
Eleazar tenía 30 años y una discapacidad intelectual del 75 por ciento. Su mente era como la de un niño de cinco años. Había salido del estadio en un momento que su familia pensaba que había ido al baño y cuando quiso volver se desorientó e intentó entrar por los tornos de seguridad, pero los guardas de seguridad de una empresa privada le pidieron la entrada y el joven, con una discapacidad notable a simple vista, intentó saltar los tornos. Entonces los guardas privados y agentes de policía local avisados por ellos lo redujeron por la fuerza empleando sus porras.
El joven entró en crisis nerviosa y aunque lo trasladaron a un centro de salud falleció. Un forense dictaminó que la muerte había sido por parada cardiorrespiratoria, y por tanto natural. Pero claro, a Eleazar lo detuvieron empleándose con violencia varios guardas porque además el joven era corpulento y su familia cree que detrás de esta actuación está la causa de su muerte.
En septiembre de 2023 la familia de Eleazar, unos conocidos comerciantes de Gijón, lograron reabrir el caso archivado en 2021 por la Audiencia Provincial de Oviedo gracias a un informe forense de parte que consideraba la muerte del joven de etiología «violenta».
Diego, tío del muchacho, explica a MONCLOA que «algunos medios locales están dando el tema por cerrado, pero es mentira, hemos presentado recurso el 10 de junio y ahora hay que esperar lo que decida el juzgado de instrucción 2 de Gijón». Es así porque el pasado 7 de junio el Juzgado de Instrucción 2 de Gijón dictaba el sobreseimiento provisional de las actuaciones por la muerte de Eleazar.
Pero ahora la familia ha recurrido y pedido que se practiquen dos diligencias nuevas como una aclaración del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Asturias y que se tenga en cuenta el contra peritaje del informe de Medicina Legal del doctor Carrillo que todavía no está finalizado.
El informe encargado por la familia recogía como causa de su muerte «una descompensación de la función cardíaca en un sustrato de un corazón insuficiente, provocado por la presencia del delirio excitado con la conjunción de una lucha vigorosa junto la aplicación de unos medios de restricción —que, por una parte, han contribuido a la exacerbación de dicho cuadro de excitación o agitación, y, por otra parte, han introducido con toda seguridad como coadyuvante un componente de asfixia posicional— traumática, dada la envergadura del sujeto, la posición en decúbito prono engrilletado, la presión ejercida por hasta cuatro sujetos en el torso y en miembros inferiores».
DISCAPACITADO INTELECTUAL
Eleazar no padecía ninguna patología física, pero sí una discapacidad intelectual del 75 por ciento, lo que provocaba que su comportamiento fuese muy parecido al de un niño de corta edad y era apreciable a simple vista. Cuando se dio cuenta de que se había perdido, el joven intentó acceder por las puertas 12 y 13 del estadio y finalmente por la 15 en un visible estado de nerviosismo diciendo que solo quería volver «junto a su padre».
En ese lugar fue interceptado e inmovilizado por cuatro vigilantes de seguridad. A continuación, otros cuatro policías locales lo pusieron boca abajo en el suelo con las manos en la espalda, y «le golpearon reiteradamente, causándole innumerables contusiones y eritemas, erosiones en ambas muñecas, erosiones profundas en ambas rodillas, contusiones en ambos pómulos, erosiones en cara interna de pirámide nasal, en ambos brazos y pierna, en región lateral del cuello y en cara superior del tórax a la altura de la clavícula», según la acusación particular ejercida por la familia, que presentó los testimonios de dos testigos que vieron en directo lo que ocurría.
Luego los agentes de la Policía Local de Gijón que lo esposaron e introdujeron en un coche patrulla. En ese vehículo fue trasladado al centro de Salud Parque-Somio, donde de nuevo fue inmovilizado y allí Eleazar perdió el conocimiento comenzando a convulsionar hasta que entró parada cardiopulmonar. El SAMUR certificó su fallecimiento a las 22.08 horas.
En el campo de fútbol jugaba España, pero a nadie se le ocurrió anunciar por la megafonía del estadio que un chaval con un polo rosa se había perdido y estaba detenido en la puerta 15.