Disfruta de un cheesecake proteico bien cremoso, sin azúcar y súper fit, ideal para cualquier momento del día. Ya sea para desayuno, merienda, de postre o cuando quieras, este cheesecake es increíble y demasiado fácil de preparar. Solo necesitas mezclar los ingredientes y ponerlos en una taza. ¡Vamos a hacerlo!
Para la base, mezcla media banana pisada con 30 gramos de avena instantánea o harina de almendras. Si prefieres una versión keto y low-carb, reemplaza la banana por una cucharada de pasta de maní. Asegúrate de formar una pasta homogénea; si es necesario, agrega más avena para obtener la consistencia adecuada. Coloca esta mezcla en una taza o en un recipiente pequeño forrado con papel film.
Preparación del relleno del cheesecake proteico
A continuación, prepara el relleno del cheesecake proteico. Mezcla 100 gramos de queso crema o yogur griego con 30 gramos (una medida o scoop) de proteína en polvo o leche en polvo. Si utilizas leche en polvo, puedes agregar unas gotitas de esencia de vainilla para darle un toque extra de sabor. Añade endulzante a gusto si lo prefieres. Una vez que todos los ingredientes del relleno estén bien integrados, vierte la mezcla sobre la base dentro de la taza.
Luego, lleva la taza al refrigerador (no al freezer) y deja enfriar por unas tres a cuatro horas para que el cheesecake proteico tome cuerpo. Esto permitirá que los sabores se integren y que la textura se vuelva más firme. Finalmente, desmolda y cúbrelo con una cucharada de pasta de maní o tu cobertura favorita. ¡Y listo para disfrutar! Este postre exprés es perfecto para mantener una alimentación equilibrada sin sacrificar el sabor.
Beneficios nutricionales
La base del cheesecake proteico, hecha con banana o pasta de maní y avena o harina de almendras, proporciona una combinación ideal de carbohidratos y grasas saludables. El relleno de queso crema o yogur griego, combinado con proteína en polvo, aporta una dosis sustancial de proteínas que te ayudará a mantenerte saciado por más tiempo y a apoyar la recuperación muscular después del ejercicio. Además, al ser bajo en azúcar, es una alternativa perfecta para aquellos que buscan reducir su ingesta de azúcares refinados sin renunciar al placer de un postre cremoso y satisfactorio.
La versatilidad de este cheesecake proteico lo convierte en una excelente opción para diversas ocasiones. Puedes prepararlo con antelación y tenerlo listo en el refrigerador para cuando necesites un snack rápido y saludable. Además, la receta es fácil de personalizar: puedes experimentar con diferentes tipos de proteína en polvo, variar las coberturas según tus preferencias, o incluso añadir frutas frescas o frutos secos para darle un toque extra de sabor y textura. ¡No esperes más para probarlo y disfrutar de un postre que se adapta a tu estilo de vida saludable!
